Aguila

Un campesino encontró un águila, que se había caído del nido. La recogió y la puso en el gallinero. Allí creció el águila entre las gallinas, comiendo sólo granos.

Un día llegó un zoólogo y dijo:

 -«Eso es un águila». 

-«Si pero se siente como una gallina, porque se le ha criado en el gallinero. -«Contestó el campesino».

– No, no, dijo el zoólogo, la recogió, la puso en su brazo y le dijo:

«Vuela», pero el águila saltó del brazo y volvió a los granos.

Al día siguiente el zoólogo recogió el águila otra vez y la puso en la punta del tejado. Le dijo de nuevo.

-«Expande tus alas y vuela, tú eres la reina del aire».

Pero el águila saltó al suelo y volvió a pie al gallinero. 

Dijo el campesino: -«Ve usted, se siente como una gallina.

-» El zoólogo contestó: -«Si pero tiene corazón de águila».

Al tercer día el zoólogo recogió el águila y la subió a la cima del monte. Ahí le repitió: 

-«Expande tus alas y vuela»

El águila comenzó a temblar y miró hacia el valle. Se asombró de que pudiera reconocer el gallinero e incluso las gallinas y se asombró aún más al reconocer los granos.

Pero se quedó posada sobre el brazo. Al final el zoólogo la sostuvo contra el sol naciente y le dijo: 

-«¡Vuela!» y efectivamente el águila levanto el vuelo y desapareció en dirección al sol. Ahora bien, no es seguro, si algún día no llegó a casarse con una gallina.

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