Acero y aluminio ponen en jaque a las Mipymes mexicanas

La reciente decisión del presidente Donald Trump de duplicar los aranceles al acero y aluminio al 50% ha sacudido el panorama comercial entre México y Estados Unidos, dado que esta medida, que entró en vigor el 4 de junio de 2025, afecta directamente a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) mexicanas, especialmente aquellas integradas en cadenas de valor orientadas al mercado estadounidense. 

Esta decisión decisión del presidente Trump marca el regreso a una política económica agresivamente proteccionista y el mensaje es claro: América primero, cueste lo que cueste. Y uno de los primeros sectores que resentirá este golpe será el de las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas.

México exporta aproximadamente el 76% de su producción de acero terminado a Estados Unidos, lo que equivale a 3.3 millones de toneladas anuales y, con los nuevos aranceles, se estima que están en riesgo más de 20,000 millones de dólares en exportaciones, así como 380,000 empleos y 7,500 millones de dólares en inversión en el sector siderúrgico mexicano. 

Aunque la medida tiene como objetivo contener la triangulación de productos chinos hacia el mercado estadounidense, su efecto dominó impacta de inmediato a las mipymes nacionales que participan en la cadena de valor de sectores estratégicos como la manufactura, autopartes, construcción, electrodomésticos, ferretería, envases y componentes industriales.

La situación se vuelve aún más compleja porque muchas de estas mipymes no exportan directamente, pero sí son proveedoras de grandes empresas que sí lo hacen. El encarecimiento de los insumos y la incertidumbre contractual podrían significar una caída en pedidos, márgenes más estrechos y menor capacidad de operación.

Sectores más afectados

1. Autopartes: Cerca del 70% de las empresas proveedoras son mipymes. El nuevo arancel complica los costos de piezas metálicas procesadas en México.

2. Construcción: Las mipymes que venden estructuras, perfiles y varillas sentirán un aumento de precios que puede sacarlas de competencia en licitaciones o proyectos privados.

3. Electrodomésticos y electrónicos: Muchas mipymes fabrican chasis, carcasas y partes metálicas que ahora podrían ser menos atractivas para los compradores estadounidenses.

4. Envases metálicos: Los fabricantes de latas, tapas y envases enfrentan insumos más caros y menor margen de exportación.

5. Industria ferretera: Las pequeñas ferreterías y talleres que dependen de materiales importados verán reducida su rentabilidad.

Mientras las grandes empresas tienen margen para absorber parte del impacto o buscar nuevos proveedores, las MiPyMEs son más afectadas porque trabajan con presupuestos ajustados, escaso acceso al crédito y poco margen para negociar. Es importante observar que muchos contratos podrían renegociarse a la baja o incluso cancelarse si las cadenas de suministro se rompen por los nuevos costos.

Además, el segundo mandato de Trump confirma que esta política comercial no será temporal, de tal forma que las MiPyMEs mexicanas insertadas en el mercado de EU deberán enfrentarse a un escenario de largo plazo, con reglas menos predecibles y mayor competencia por parte de fabricantes estadounidenses subsidiados.

Entonces, el principal reto para las MiPyMEs es dejar de depender de un solo mercado porque si bien Estados Unidos representa el destino del 80% de nuestras exportaciones, es momento de construir relaciones con Sudamérica, Europa o incluso con el mercado interno, que sigue con un potencial enorme si se atienden las condiciones adecuadas.

Otro desafío es apostar por la innovación y sustitución de insumos, ya sea a través de materiales reciclados o proveedores nacionales, ahora que el nearshoring sigue siendo una oportunidad, una vez que las mipymes decidan modernizarse, digitalizarse y demostrar capacidad de respuesta para aprovecharlo.

También se requiere una respuesta del gobierno mexicano con financiamiento especializado, créditos para reconversión productiva, acompañamiento técnico y defensa comercial ante medidas proteccionistas, hoy más necesarios que nunca, puesto que, de lo contrario, corremos el riesgo de que cientos de MiPyMEs queden fuera del mercado en los próximos meses.

La nueva oleada proteccionista de Donald Trump ya es una realidad desde la Casa Blanca. Los aranceles al acero y aluminio son apenas el inicio de una serie de medidas que buscan favorecer a los fabricantes estadounidenses y, para las MiPyMes mexicanas esto implica repensar su modelo de negocio, fortalecer su estructura interna y exigir acompañamiento para enfrentar este nuevo orden comercial. Las pequeñas empresas no deben pagar el precio de una guerra comercial que no iniciaron, pero para sobrevivir, deberán transformarse y actuar con rapidez.

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