Las acciones de las principales automotrices sufrieron una caída significativa luego de que el expresidente estadounidense Donald Trump anunciara la imposición de un arancel del 25% a las importaciones de automóviles. La medida, que entrará en vigor el 3 de abril, encarece la producción de vehículos debido a la interconectada cadena de suministro en América del Norte.
General Motors fue la empresa más afectada, con una caída del 6.8%, ya que el 40% de sus vehículos vendidos en EE.UU. provienen de México y Canadá. Ford, con menor exposición al comercio exterior, cayó 2.1%, mientras que Stellantis retrocedió 2.3%. Los fabricantes japoneses Honda y Toyota también registraron pérdidas del 2.2% y 2.5%, respectivamente.
Sin embargo, Tesla se convirtió en la excepción. Al fabricar sus vehículos en EE.UU., la compañía de Elon Musk vio un aumento del 3% en el valor de sus acciones. A pesar de este repunte, la empresa aún acumula una caída de más del 30% en lo que va del año debido a la desaceleración en sus principales mercados.
El impacto de los aranceles podría reflejarse directamente en los consumidores, quienes ya enfrentan precios cercanos a niveles récord. Según Kelley Blue Book, el precio promedio de un automóvil nuevo alcanzó los 48,039 dólares en febrero, manteniéndose cerca del máximo histórico de 50,000 dólares registrado en 2022. Además, los costos de mantenimiento y seguro continúan en aumento, lo que ha contribuido a una inflación persistente.
Los economistas advierten que la medida podría generar una nueva ola inflacionaria en el sector automotriz. Mientras tanto, las empresas han tratado de mitigar el impacto acumulando inventarios en EE.UU. antes de la entrada en vigor de los aranceles.
Trump defendió la política asegurando que impulsará la producción nacional y la apertura de nuevas fábricas. Sin embargo, los fabricantes ya evalúan ajustes estratégicos en su cadena de producción para afrontar los desafíos que esta nueva política comercial impone.
