En México, no hay platillo que no encuentre su aliado perfecto en una buena tortilla. Desde los clásicos tacos y enchiladas hasta los chilaquiles o el pastel azteca, este alimento milenario ha acompañado a generaciones, no solo por su sabor, sino por su gran valor nutricional. Las tortillas de maíz nixtamalizado son mucho más que una base culinaria: son una fuente accesible y completa de energía, minerales y vitaminas esenciales.
Una herencia ancestral con beneficios actuales
La tortilla es uno de los productos más antiguos de la gastronomía mexicana. Su origen se remonta a más de 3,000 años, cuando las civilizaciones olmeca, maya y mexica comenzaron a nixtamalizar el maíz. Este proceso revolucionario consistía en cocer los granos con agua y cal para ablandarlos, pelarlos y convertirlos en masa.

Durante la nixtamalización:
- Se añade calcio al grano, lo que fortalece los huesos y previene enfermedades como el raquitismo.
- Se liberan compuestos que permiten al cuerpo aprovechar mejor la niacina (vitamina B3), clave en el metabolismo y la salud de la piel.
- Se mejora la absorción de proteínas vegetales.
- Se eliminan hongos potencialmente tóxicos como el aspergillus flavus, que produce aflatoxinas relacionadas con el cáncer de hígado.
Estos beneficios no se encuentran en tortillas elaboradas con maíz no nixtamalizado o en versiones procesadas.
Tortilla de maíz: ¿Qué aporta a tu salud?
Una tortilla de maíz nixtamalizado (aprox. 30 g) contiene:
- Energía: 60–70 kcal
- Proteína vegetal: 1.5–2 g
- Fibra dietética: 1.2–1.5 g
- Calcio: hasta 45 mg por unidad
- Potasio y fósforo, importantes para la función muscular y ósea
- Vitaminas del grupo B, especialmente vitamina B3 (niacina)
Además, al ser baja en grasa y no contener colesterol, es ideal para incluirse en dietas balanceadas.
¿Tortilla de maíz o de harina?
Aunque las tortillas de harina de trigo tienen su lugar en la gastronomía, especialmente en el norte del país, su perfil nutricional es distinto. Contienen más calorías y grasas —en ocasiones incluso manteca— y aportan menos fibra y minerales que las de maíz nixtamalizado.
Por ello, los expertos en salud recomiendan preferir las tortillas tradicionales, especialmente si están hechas con maíz criollo, que conserva mayor diversidad genética y riqueza nutricional. Algunos estudios incluso destacan que este tipo de maíz contiene más antioxidantes naturales que los maíces híbridos o transgénicos.
Una tradición que alimenta
En un contexto donde la alimentación saludable cobra cada vez más importancia, volver a lo básico —como una tortilla bien hecha— puede marcar una gran diferencia. Las tortillas de maíz no solo son un emblema de la identidad mexicana, sino también un alimento completo, económico y apto para todos los días.
Ya sea en forma de taco, tostada o enchilada, cada bocado de tortilla lleva consigo siglos de historia… y muchos beneficios para la salud.
