Por: Dr. Marco Antonio Villalvazo Molho.

Definición de pecado: transgresión consciente de un precepto religioso, lo que se aparta de lo recto y justo o que falta a lo que es debido.
Definición de gula: exceso en la comida o bebida, apetito desordenado de comer y beber (glotonería o voracidad) (*1).
Alimentarse es una necesidad fisiológica, es la manera en que el organismo obtiene los nutrimentos para mantener la salud y la vida. A través de los tiempos, el humano se ha alimentado con lo que su desarrollo, habilidades y conocimientos le han permitido, pasando de ser cazador a recolector. El desarrollo tecnológico y económico a transformado al humano en el consumidor de una enorme variedad de alimentos, muchos de ellos ultra procesados, con un muy alto contenido de calorías (energía), sal, azúcares y grasas no saludables, además de tener aditivos y químicos que desencadenan la necesidad de comer más y más, por ese motivo las personas no pueden dejar de comer esos alimentos, aunque sepan perfectamente que les engorda o perjudica su salud.
El comer más alimentos o energía de la que se necesita, es uno de los principales factores que se vinculan con él alarmante aumento de las enfermedades llamadas crónico degenerativas como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, esteatosis hepática (grasa en hígado), dislipidemias (elevación de colesterol y/o triglicéridos, etc.
Ahora podemos agregar qué de acuerdo con la creencia judeocristiana, la gula es uno de los 7 pecados capitales; en otras palabras, comer de más nos hace vivir en pecado.
Un dato interesante es que en la obra maestra del escritor Dante Alighieri, la divina comedia (aprox. año 1,300 D.C.), menciona que el círculo infernal de la gula sometía a los penitentes a un hambre y una sed atroces, pero cuando intentaban comer los frutos hermosos y carnosos de un árbol, las ramas se retiraban fuera de su alcance; y cuando intentaban tomar el agua de los lagos, esta se les escapaba entre los dedos sin que pudieran probarla (*2)
Referencias:
(*1) https://dle.rae.es/
(*2) https://concepto.de/siete-pecados-capitales/
Ahora les contaré la historia de un paciente que hace referencia a este tema.
VÍCTIMA DEL PECADO.
Manuel llegó muy puntual a su primera consulta, después de llenar su historia clínica pasó a mi consultorio donde tuvimos un cordial encuentro, como si fuéramos viejos amigos.
Manuel es un hombre con evidente obesidad, de 56 años, moreno, de baja estatura, cabello castaño oscuro, ondulado y mal peinad, sus pequeños ojos, casi ocultos detrás de unos gruesos anteojos. Al hablar, su inquieto cuerpo se agitaba debido a la dificultad para respirar y como consecuencia el sudor apareció por su rostro y su cuello, le recuerdo con su trato amable, su gran cultura y con su chamarra café que cerraba con dificultad gracias a sus 107 kilogramos de peso. Ese día me dijo con su hablar pausado: “Marco, he intentado todo para bajar de peso, pero no he podido dejar de comer todos esos alimentos que me encantan. Yo soy un pecador, pues la gula es un pecado y en un sacerdote como soy yo, ¡eso no puede ser! Dios, como castigo a mi abandono, me ha hecho hipertenso y diabético. Se perfectamente que, si continúo por el mismo camino, esta enfermedad me matará. Para finalizar me dijo que no esperaba un milagro, pero sí mi apoyo y comprensión.
11 meses después, ha ido mejorado gradualmente su relación emocional con la comida y con el mismo. Está aprendiendo a conocer, reconocer y controlar las circunstancias de vida y los alimentos que le desencadenan la pérdida de control, además ya camina diariamente 30 minutos y pesa 17 kilogramos menos. Su hipertensión y su diabetes ya tienen varios meses con excelente control, y lo más importante, ya no se siente víctima del pecado.
No puedes cambiar de dónde vienes, pero si hacia donde te diriges… atrévete a influir de manera positiva en tu destino.
Dr. Marco Villalvazo
Médico General Certificado
Educador en Diabetes Certificado
Diplomado en Nutrición y Obesidad
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