¿Qué tan difícil es hacer un plano, poner una sala, un comedor y hacerlo grande?
Por un plano, tanto de saber, “se lo encargo a mi sobrino que está estudiando”, “no es necesario un arquitecto”, “háblale al maistro Chicarcas, ese sí sabe, con puros ingenieros fregones anduvo”.
“Mejor contrato un arquitecto que sí sepa, tú no sabes”, “pues no está tan acá que digamos su casa, y eso que es arquitecto… así estarán sus obras”.
¿Cuántas veces no hemos oído esas frases tan menospreciantes de familiares, amigos y, lo peor, de la pareja? Han de pensar que sentarse cinco años a estudiar fue fácil, que terminar la carrera no tuvo mérito alguno.
Uno como arquitecto se pregunta a veces: diseño, función… he ahí el concepto. El arquitecto se forma a través de la preparación académica y la experiencia laboral, pero también se dice que algunas personas tienen cualidades innatas que los predisponen a ser arquitectos. ¿Por qué se cree que la arquitectura es un juego de niños, y no, arquitectura para niños?
Todos tenemos algo de todo: un poco de abogados, veterinarios, médicos… hasta de brujos, como dice el dicho: “de poetas y locos, todos tenemos un poco”.
¿Arquitectura, un juego? Efectivamente, lo es. Es un juego porque, como los niños, ellos tienen una visualización objetiva y una creatividad desbordada, en donde la imaginación no tiene límites. La creatividad está tan desarrollada que construimos lo imaginable e imaginamos lo que construimos. Es tener esa capacidad para crear espacios, formas y dimensiones que, con ayuda de las ingenierías, se hacen posibles de concretar y traer a la realidad.
La arquitectura es como si estuviéramos jugando Roblox o Lego, en los que acomodamos espacios de formas sinuosas o rectas. Es esa parte de nosotros que nunca creció: no dejar de ser niños.
Un arquitecto que sea serio, pero que no juegue con la imaginación, difícilmente construirá algo realmente inspirador. Sin criticar a los ingenieros, pero… cajas de zapatos hay muchas. Recordemos que la arquitectura es forma y función, basadas en un concepto. De ahí partimos, dando formas y espacios dimensionados conforme a su función y a la funcionalidad que queremos. Cada parte se analiza en base a estudios antropomórficos, desde los tratados de Vitruvio.
¿Ha notado que esta es la tercera vez que tocamos este tema? Si ha estado leyendo los artículos anteriores, fácilmente lo correlacionará con la idea hacia la que queremos avanzar hoy.
Dimensionar espacios y concretarlos es plasmarlos en dibujos, que pueden ser monocromáticos o a color, y representarse en maquetas de distintos materiales, ya sean volumétricas o de detalle (estas últimas, de las más complejas).
¿Es tan difícil diseñar o construir? ¿O son ambas cosas igual de desafiantes? Pareciera fácil desarrollar proyectos que van desde conjuntos que asemejan palmeras —como el complejo en Dubái— hasta casas con formas inusuales: zapatos, cabezas de gato y otras rarezas, ideas que surgen de clientes con gustos muy particulares.
La arquitectura es tan noble que va desde el diseño de la casa de un perro o de muñecas, hasta mini ciudades para el disfrute de niños y adultos. No solo se trata de casas o edificios. El arquitecto también construye parques temáticos o de diversiones, donde tanto ingenieros como arquitectos hacen posible la magia.
El arquitecto Le Corbusier dijo que la arquitectura es “el juego aprendido, correcto y magnífico de las formas ensambladas en la luz”. Esa reflexión lo dice todo: es un juego no solo de sombras, sino también de luz, sonido, espacio, color, textura… Aprendemos jugando con estos elementos hasta lograr magníficas obras de arte.
Es así como la arquitectura se convierte en un juego: en diseño, en errores y aciertos, en colores y sabores. Un juego donde la imaginación no tiene límite, más allá del presupuesto y el ingenio para desarrollar y materializar lo proyectado.
Tú puedes ser arquitecto de tu propio destino, no lo olvides. Tú construyes tu hogar y tu familia. Tú edificas tu valor y tu autoestima.
Pero quien construye tu casa y la remodela es el verdadero arquitecto, ese que entiende tus necesidades y las transforma en espacios que hablan de ti y para ti.