Hormonas intestinales: el futuro en el tratamiento de la diabetes tipo 2

Por: Dr. Raúl Zenteno Langle

La semana pasada asistí a un evento médico donde se presentó un nuevo fármaco para tratar la
diabetes mellitus tipo 2 en México. Este medicamento, derivado de una hormona intestinal, actúa
sobre dos receptores en distintos órganos del cuerpo, ayudando a controlar los niveles de glucosa y
ofreciendo múltiples beneficios adicionales para la salud de quienes viven con esta enfermedad.
¿Quieres saber cómo funciona y por qué podría revolucionar el tratamiento de la diabetes tipo 2 en
todo el mundo? Aquí te lo contamos.

¿Por qué usar hormonas intestinales para tratar la diabetes?

Durante mucho tiempo, el tratamiento de la diabetes tipo 2 se centró en controlar los niveles de
glucosa, presión arterial, colesterol, triglicéridos y peso. Sin embargo, con el tiempo, los estudios
demostraron que incluso con un control estricto de la glucosa, no siempre se lograba evitar
complicaciones graves como infartos, derrames cerebrales, insuficiencia renal o problemas de
circulación.

Todo cambió en 2016, cuando la revista médica más prestigiosa del mundo publicó los resultados
del estudio LEADER con el uso de liraglutide. Por primera vez, se observó una reducción
significativa en el riesgo de eventos cardiovasculares mayores en pacientes con diabetes tipo 2 y
alto riesgo cardiovascular. Desde entonces, otros estudios han confirmado los beneficios de este
tipo de medicamentos, marcando el inicio de una nueva era en el tratamiento de la diabetes.

¿Qué son los GLP-1 y los GIP?

Para entender cómo funcionan estos tratamientos, primero recordemos dos hormonas clave: la

insulina, que permite que la glucosa entre a nuestras células, y el glucagón, que libera glucosa
almacenada del cuerpo, especialmente cuando los niveles son bajos. En la diabetes tipo 2, este
equilibrio se rompe: hay menos insulina y un exceso de glucagón, especialmente en el hígado.

Aquí entran en juego dos hormonas menos conocidas pero fundamentales: el GLP-1 (péptido
similar al glucagón tipo 1) y el GIP (polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa). Estas
hormonas intestinales se liberan después de comer y tienen varios efectos:

  • Estimulan la liberación de insulina (solo si hay glucosa presente)
  • Reducen el glucagón postprandial (liberación de glucosa desde el hígado y los músculos hacia la
    sangre)
  • Retardan el vaciamiento gástrico
  • Disminuyen el apetito
  • Y en el caso del GIP, mejoran el metabolismo de la grasa

En personas con diabetes tipo 2, estos mecanismos están alterados, lo que contribuye a una mala
regulación del azúcar en sangre, mayor inflamación y riesgo cardiovascular.

¿Qué pasa si un medicamento activa ambos receptores?

Esa es precisamente la innovación de los nuevos tratamientos: fármacos que tienen acción tanto en
el receptor del GLP-1 como en el del GIP (semaglutide sobre los receptores GLP-1 / tirzepatide en
ambos receptores con mayor afinidad al GIP). Al hacerlo, los pacientes no solo logran un mejor
control glucémico, sino que también experimentan:

  • Pérdida de peso significativa, gracias a la saciedad temprana y mayor quema de grasa
  • Menor presión arterial, derivada de la pérdida de peso
  • Reducción del riesgo cardiovascular, al disminuir la inflamación
  • Protección renal, como lo confirmó el estudio FLOW (semaglutide) en 2024

¿Cómo protegen al riñón?

El estudio FLOW demostró que estos medicamentos ayudan a preservar la función renal a través
de mecanismos directos, como la natriuresis (eliminación de sodio en la orina), la reducción del
estrés oxidativo y de la inflamación, y también mediante efectos indirectos, como un mejor control
glucémico, menor peso y presión arterial más baja.

Estos beneficios incluso se pueden monitorear en consulta, por ejemplo, observando niveles
estables o reducidos de albúmina en la orina, un marcador temprano de daño renal.

Un cambio de paradigma

Estos avances están transformando el tratamiento de la diabetes tipo 2 no solo en México, sino a
nivel mundial. Ya no se trata únicamente de controlar el azúcar, sino de prevenir complicaciones
mayores, especialmente las cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en estos
pacientes.

Eso sí, estas nuevas terapias no sustituyen los pilares del tratamiento integral: controlar la glucosa,
cuidar la dieta, mantener un peso saludable, hacer ejercicio, controlar la presión y los lípidos siguen
siendo esenciales en el manejo, e incluso para obtener mejores resultados con estas terapias.

La ciencia avanza, y con ella, nuestras herramientas para vivir mejor con diabetes tipo 2.

Noticias recientes

Related articles

¿Tienes un evento social en puerta?

spot_imgspot_img