El amor y la moda: los abuelos japoneses que están conquistando las redes sociales

Aki y Koichi Kim jamás imaginaron que grabar su ropa del día los convertiría en estrellas de internet. Esta pareja japonesa, que supera los 70 años, se ha ganado el corazón de millones con su autenticidad, carisma y un estilo que desafía cualquier estereotipo sobre la edad.

Todo comenzó como algo íntimo: su hija, Yuri, empezó a grabarlos simplemente para mantener al tanto a amigos y familiares. Pero lo que parecía un pasatiempo inocente se volvió viral en cuestión de semanas. Hoy, acumulan más de 1.2 millones de seguidores en Instagram y casi medio millón en TikTok, donde cada día comparten su “outfit of the day”, acompañados de su golden retriever, Kuma.

Lejos de las poses forzadas y los filtros, Aki y Koichi se muestran tal cual son: elegantes, divertidos y llenos de vida. Caminan hacia la cámara, sonríen, giran, saludan… y listo. Su estilo no sigue tendencias, pero tiene una personalidad única que conecta con personas de todas las edades, en especial jóvenes que aseguran encontrar en ellos paz, energía e inspiración.

Según cuentan, lo más valioso de esta inesperada fama no es el número de seguidores, sino las experiencias que han vivido desde que comenzaron su aventura digital. Han conocido lugares, personas, y sobre todo, han fortalecido aún más su vínculo como pareja. “Nos escriben personas que están en recuperación o desanimadas, y nos dicen que vernos les alegra el día. Eso es lo que más nos motiva”, dice Aki.

La moda, que siempre fue parte de su día a día, tomó un nuevo protagonismo. Aunque colaboran con estilistas, siguen usando su propia ropa, mezclando calidad, comodidad y un toque de color que han ido adoptando con los años para destacar en pantalla. Mientras Aki elige los looks, Koichi se encarga de la música, asegurando que cada video tenga ese toque especial que los caracteriza.

A pesar del boom, no están obsesionados con las métricas ni buscan fama eterna. Disfrutan el presente y agradecen cada oportunidad que les llega. “Si nos invitan a algún lugar, vamos, ¡incluso si es al otro lado del mundo!”, dicen entre risas. A sus 74 años, Koichi reflexiona sobre el paso del tiempo. Ha perdido amigos, ha visto cómo la vida cambia, pero sigue adelante con optimismo. “Queremos demostrar que envejecer no significa desaparecer. La vida sigue, y todavía hay muchas cosas por disfrutar.”

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