El asesinato de Teresa González Murillo, defensora de derechos humanos y buscadora de personas desaparecidas en Jalisco, resalta la grave situación de riesgo que enfrentan las personas que luchan por justicia en México. Exigen justicia y protección para las víctimas y sus familias.
El asesinato de Teresa González Murillo, integrante del colectivo Luz de Esperanza y una valiente buscadora de personas desaparecidas en Jalisco, ha conmocionado al país y puesto de nuevo en evidencia la grave crisis de seguridad que enfrentan las personas que defienden derechos humanos en México. Teresa, quien recibió al menos tres amenazas de muerte antes de su asesinato, fue atacada en su domicilio el 27 de marzo de 2025 y murió días después debido a la gravedad de sus heridas.
A pesar de las amenazas previas y su trabajo incansable en la búsqueda de los desaparecidos, la Fiscalía de Jalisco ha minimizado el crimen, calificándolo erróneamente como un robo. Esta postura ignora el contexto de las amenazas que Teresa había recibido y su labor como defensora de los derechos humanos. Las compañeras de Teresa en Luz de Esperanza han denunciado la falta de diligencia en la investigación y exigido una justicia real para la activista, así como protección inmediata para todas las familias que enfrentan la misma lucha.
Liliana Meza, otra de las buscadoras del colectivo, expresó que la violencia en contra de los defensores y buscadores es una realidad palpable: “No puedes salir a buscar sin pensar que alguien se va a molestar o te va a querer callar.” La demanda de justicia y el clamor por una investigación seria siguen siendo el corazón de la lucha de las madres y padres que buscan a sus seres queridos desaparecidos.
El asesinato de Teresa González Murillo no debe ser olvidado. Las autoridades deben asumir la responsabilidad y asegurar que no quede impune, brindando justicia y protección a quienes siguen luchando por la verdad y justicia en casos de desaparición forzada.
