
Por Lizeth Zarazua
Un error que puso en jaque la seguridad nacional
El gabinete de Defensa de Estados Unidos se encuentra en el centro de una crisis tras la filtración de mensajes altamente confidenciales sobre ataques militares en Yemen. Lo que parecía ser una conversación de alto nivel entre funcionarios clave terminó convirtiéndose en una fuga de información sin precedentes cuando, por error, incluyeron al periodista Jeffrey Goldberg en el chat.
El incidente ha generado una ola de indignación y preocupación en Washington, pues evidencia fallas críticas en la seguridad de las comunicaciones del gobierno.
¿Cómo ocurrió la filtración?
El 13 de marzo de 2025, el asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, creó un chat grupal en la aplicación de mensajería Signal. En la conversación estaban incluidos altos funcionarios de la administración Trump, como el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth.
Sin embargo, en un aparente descuido, también añadieron a Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, quien tuvo acceso directo a mensajes donde se detallaban los ataques aéreos programados en Yemen.
Entre los mensajes filtrados se encontraban:
- Información sobre la hora exacta de los bombardeos.
- Los objetivos militares que serían atacados.
- Detalles sobre el tipo de armamento y estrategia a utilizar.
Lo más alarmante es que nadie en la administración notó la presencia de Goldberg en el chat hasta después de que la operación militar ya había sido ejecutada.

Los mensajes de Hegseth señalan a qué hora estaba previsto el despegue de los cazas F-18, así como cuándo tendrían lugar los ataques y en qué período de tiempo podrían producirse los ataques “basados en disparadores” (tigger-based, en inglés).
Reacciones políticas y consecuencias inmediatas
La filtración ha sido calificada como una “negligencia extrema” por expertos en seguridad nacional. Legisladores demócratas y republicanos han exigido respuestas sobre cómo se permitió una brecha de seguridad de tal magnitud.
Desde el Congreso, se han solicitado audiencias para evaluar la seguridad de las comunicaciones dentro del gobierno y determinar si se deben implementar sanciones contra los responsables.
Por su parte, Pete Hegseth, secretario de Defensa, ha sido uno de los principales señalados por la falla, y algunos miembros del Congreso ya piden su renuncia.

Los mensajes no revelan cómo se rastrearon el paradero o los movimientos del objetivo.
¿Qué implica esta filtración para la seguridad nacional?
El hecho de que información clasificada haya sido divulgada de manera accidental representa un riesgo tanto para la seguridad de las tropas como para la estrategia militar de EE.UU. en Medio Oriente.
Además, el uso de aplicaciones de mensajería como Signal para discutir temas de seguridad nacional plantea un grave problema en términos de ciberseguridad. Expertos señalan que este tipo de comunicaciones deberían realizarse exclusivamente en plataformas oficiales y protegidas por el gobierno.
Mientras el Pentágono intenta contener la crisis, este escándalo podría cambiar la forma en la que se manejan las comunicaciones dentro del gobierno de Estados Unidos.

Un mensaje un poco más sensible viene del director de la CIA, John Ratcliffe, quien señala que EE.UU. está “movilizando activos” para ayudar a un ataque, pero que un retraso “no tendría un impacto negativo” en el trabajo de la agencia en Yemen.
“Se utilizaría tiempo adicional para identificar mejores puntos de partida para la cobertura del liderazgo hutí”, escribió.