La frágil tregua energética acordada entre Rusia y Ucrania con la mediación de Estados Unidos está en riesgo. Ambas naciones se han acusado mutuamente de violar los términos del acuerdo, lo que podría derivar en una nueva escalada de tensiones en el conflicto que ha mantenido en vilo a Europa y al mundo.
Fuentes del gobierno ucraniano denunciaron que Rusia ha continuado con ataques estratégicos contra infraestructuras clave de energía, poniendo en peligro el suministro para millones de ciudadanos en pleno invierno. Por su parte, el Kremlin asegura que Ucrania ha tomado represalias con sabotajes en zonas bajo control ruso, afectando gasoductos y plantas eléctricas esenciales para el abastecimiento de la región.

El acuerdo, que buscaba garantizar el flujo de gas y electricidad en áreas afectadas por el conflicto, ha sido una de las pocas iniciativas diplomáticas con intervención directa de Washington. Sin embargo, con las recientes acusaciones, la posibilidad de que ambas partes retomen hostilidades en el sector energético es cada vez más latente.
Analistas advierten que la ruptura del pacto podría no solo agravar la crisis humanitaria en Ucrania, sino también impactar el mercado global de energía. Estados Unidos ha instado a ambas partes a respetar los términos del acuerdo y evitar acciones que profundicen el conflicto.
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