El parlamento de Hungría aprobó una polémica ley que prohíbe la marcha del Orgullo Gay y permite el uso de software de reconocimiento facial para identificar a los asistentes. Con 136 votos a favor y 27 en contra, la medida endurece la represión contra la comunidad LGBTTIQ+.
La normativa, impulsada por el partido Fidesz del primer ministro Viktor Orbán, modifica la ley de asamblea para penalizar a quienes asistan a eventos que violen la legislación de “protección infantil”. Las multas pueden alcanzar los 200 mil forints (546 dólares).
Organizadores del Orgullo y activistas denuncian la ley como un intento de silenciar voces críticas. “Esto no es protección infantil, esto es fascismo”, declararon.
Mientras la ley se aprobaba, legisladores opositores lanzaron bombas de humo en protesta. La comunidad internacional sigue de cerca la situación en Hungría.
