
El piloto español ha valorado positivamente el rendimiento de Williams en los test de Bahréin, aunque sin caer en el exceso de optimismo.
Williams sorprendió en los test con su consistencia en tandas largas, un monoplaza fiable y, como broche de oro, el mejor tiempo de la sesión, cortesía de Carlos Sainz. A pesar de esto, el madrileño ha querido moderar las expectativas y recordar que los test no siempre reflejan la realidad del campeonato.
Prudencia ante todo
Si bien estos entrenamientos pueden dar pistas sobre las fortalezas y debilidades de cada equipo, la historia de la Fórmula 1 demuestra que los resultados de la pretemporada no garantizan un desempeño similar en la temporada. Williams completó 395 vueltas, siendo el quinto equipo con más rodaje, superado por Mercedes, Haas, Racing Bulls y Alpine. Sin embargo, equipos como Red Bull, Ferrari y McLaren, considerados candidatos al título, dieron menos giros.
Ante esto, Sainz ha querido ser claro sobre lo que los aficionados pueden esperar:
“¿Un mensaje para los fans? No creo que me vean en el podio ni luchando por el top-5 este año, pero no he venido a Williams para quedarme en la mitad de la parrilla.”
El español reafirmó su compromiso con el equipo británico:
“Quiero ayudar a llevar este equipo hacia adelante y espero que el mejor tiempo de ayer demuestre mi determinación.”
Por ahora, su objetivo es sumar puntos en las primeras carreras, sin plantearse metas poco realistas:
“Los puntos deben ser nuestro objetivo inicial. Aspirar a más sería pedir demasiado.”
Con estas declaraciones, Sainz ha querido frenar la euforia de quienes ven en Williams un posible caso similar al de Aston Martin en 2023.