Después de arrasar en los Grammy, Kendrick Lamar ha demostrado que no hay escenario que le quede grande. Este 9 de febrero, hizo historia al convertirse en el primer rapero en solitario en hacerse cargo del medio tiempo del Super Bowl, un espectáculo que paraliza al mundo entero. El Caesars Superdome de Nueva Orleans fue testigo de una actuación que llevó a la audiencia global a un recorrido por las calles de Compton, la ciudad que vio crecer al rapero hasta convertirse en la voz más influyente del hip hop estadounidense.
Una Producción de Alto Impacto
Desde el anuncio de su presentación, la expectativa era enorme y Lamar no decepcionó. Cuatro plataformas iluminadas con formas inspiradas en controles de videojuego se desplegaron por el estadio, mientras Kendrick aparecía a bordo de un Buick T-type, el mismo auto que protagoniza la portada y concepto de su reciente disco GNX. La referencia a su infancia y sus raíces quedó clara desde el primer instante.
A lo largo de trece minutos de energía pura, Lamar interpretó once canciones de su trayectoria. Sin embargo, el mundo entero estaba esperando un momento en particular: Not Like Us, la canción que arrasó en los Grammy al ganar los premios de Canción y Grabación del Año. Con un tono desafiante, el rapero se aseguró de que su interpretación fuera un golpe definitivo en su rivalidad con Drake. Aunque presentó una versión censurada, la frase “Drake, I hear you like ‘em young” resonó con fuerza, mientras Lamar portaba un collar con la nota A minor, referencia a la polémica sobre su adversario canadiense.
Invitados de Lujo y Mensajes Poderosos
El espectáculo no solo fue musicalmente impactante, sino que estuvo cargado de simbolismo. Serena Williams hizo una aparición sorpresa en el escenario, realizando el famoso paso de los Crips, un guiño a sus raíces en Compton y también una alusión a su pasado con Drake. En un momento inesperado, las cámaras captaron a Williams bailando brevemente sobre una tumba, un gesto que desató innumerables interpretaciones en redes sociales.
Kendrick también homenajeó a su ciudad con la interpretación de Humble, donde un grupo de bailarines formó la bandera de Estados Unidos. Samuel L. Jackson sirvió como maestro de ceremonias, vestido como el Tío Sam, pronunciando frases que han sido parte del escrutinio al que Lamar ha estado sometido a lo largo de su carrera. La actuación también contó con la participación de SZA, con quien Lamar interpretó Luther y All the Stars, reforzando la potencia emocional de la noche.
Un Cierre Apoteósico
El final del show quedó marcado por la interpretación de Not Like Us, con el estadio entero cantando el estribillo “A minooooor!”. Mientras el Caesars Superdome vibraba con cada palabra, Donald Trump, presente en el estadio, guardó silencio en redes sociales tras la actuación.
Lamar se ha vuelto un referente a la cultura estadounidense. Su actuación en el Super Bowl 2025 no solo consolidó su legado, sino que también demostró su inteligencia narrativa y capacidad para transformar un concierto en un momento histórico. Con un show cargado de referencias, mensajes y talento puro, Kendrick Lamar se proclamó como el indiscutible ganador de una de las batallas más intensas del rap en los últimos años.
