Aunque muchas personas creen que los bigotes en los perros son solo una característica estética, cumplen una función esencial en su vida diaria. Los bigotes, también llamados vibrisas, actúan como receptores táctiles que les permiten percibir el viento, la temperatura y la proximidad de objetos. Estos pelos gruesos y sensibles envían información directamente al cerebro, ayudando a los canes a orientarse en entornos con poca luz y mantener el equilibrio.
Expertos advierten que nunca deben cortarse, ya que su ausencia puede afectar la percepción del perro y causar desorientación. Además de los bigotes del hocico, los perros tienen vibrisas en cejas, mejillas y patas, todas con la misma función sensorial.