En Saltillo, Coahuila, decenas de migrantes, principalmente centroamericanos y sudamericanos, eligen pernoctar en las calles frente a la Casa del Migrante a pesar de las temperaturas bajo cero. Su principal temor es ser trasladados a albergues donde podrían ser detectados por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y deportados por no contar con la documentación necesaria para permanecer en el país.
Temor a la deportación impide aceptar ayuda
Alberto Neira Vielma, director de Protección Civil y Bomberos, señaló que han ofrecido refugios a estas personas en varias ocasiones, pero la respuesta ha sido negativa. Los migrantes, que en su mayoría son hombres de entre 20 y 40 años, proceden de estados del sur de México, así como de Centroamérica y Sudamérica.
“Tenemos campamentos afuera de la Casa del Migrante. Las personas no aceptan el apoyo debido a su temor de tener problemas con migración”, explicó el funcionario.
No pueden ser trasladados en contra de su voluntad
Neira Vielma destacó que, aunque las condiciones climáticas representan un peligro, no es posible obligar a los migrantes a trasladarse a un refugio. Hacerlo podría representar una violación a los derechos humanos y sería considerado privación ilegal de la libertad.
El funcionario también aclaró que este caso no aplica bajo la figura de “inminencia de riesgo”, ya que, según las autoridades, no existe una amenaza directa contra la integridad física de estas personas.
A pesar de los esfuerzos por garantizar su seguridad ante el frío extremo, los migrantes continúan rechazando la ayuda, priorizando su temor a ser deportados.