En 2019, Patricio ‘Pato’ O’Ward estuvo a punto de convertirse en piloto de Fórmula 1 con Toro Rosso, gracias al apoyo de Helmut Marko y su ingreso a la academia de Red Bull. Sin embargo, la oportunidad se desvaneció debido a un conflicto político relacionado con la obtención de su Superlicencia.
El piloto regiomontano explicó que todo estaba listo para debutar en la F1 al final de 2019. Su desempeño destacado en IndyCar atrajo la atención de Red Bull, pero la muerte de Charlie Whiting, quien había aprobado su Superlicencia, y la llegada de un nuevo comité en la FIA cambiaron las reglas. El nuevo equipo, según Pato, bloqueó la licencia para favorecer a un piloto francés, lo que lo dejó fuera de la Fórmula 1.
O’Ward intentó obtener los puntos necesarios participando en Japón, pero la FIA no le reconoció los puntos obtenidos en Indy Lights, argumentando que el campeonato no cumplía con el número mínimo de autos participantes. Ante estos obstáculos, Red Bull terminó su relación con el mexicano al no poder aprovecharlo como piloto.
Fue entonces cuando Pato se comunicó con Zac Brown, CEO de McLaren, quien le abrió las puertas en la IndyCar Series. Dos años después, el piloto mexicano se convirtió en piloto de pruebas de la escudería de Woking. “No se han arrepentido de haberme contratado, pero 2019 fue un año muy complicado”, concluyó O’Ward.
