Por Fernanda Sánchez
Una reciente investigación realizada por los microbiólogos Jack Gilbert y Erica Hartmann cuestiona la creencia común de que un hogar impecable es sinónimo de salud. Según el estudio, publicado en Vanity Fair, la obsesión por la limpieza podría estar debilitando nuestras defensas inmunológicas al reducir la diversidad microbiana en el hogar.
El microbioma del hogar: ¿Qué es y por qué es importante?
Cada casa alberga un microbioma único, un ecosistema compuesto por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos. Estos provienen de los habitantes humanos, las mascotas, el aire, el agua y hasta de animales indeseados como roedores. Según el estudio, los humanos liberan hasta 37 millones de copias de genomas bacterianos por hora, contribuyendo a este ecosistema.
Aunque ciertos microorganismos pueden ser perjudiciales, otros son esenciales para mantener el sistema inmunológico equilibrado. Gilbert y Hartmann advierten que la limpieza excesiva puede reducir la diversidad microbiana, debilitando nuestras defensas y aumentando el riesgo de alergias y enfermedades autoinmunes.
Higiene excesiva: ¿Un problema en crecimiento?
Desde hace décadas, la hipótesis de la higiene plantea que la exposición a microorganismos durante la infancia ayuda a “entrenar” al sistema inmunológico, reduciendo la probabilidad de desarrollar respuestas exageradas como alergias. Sin embargo, el uso excesivo de desinfectantes y productos antimicrobianos en el hogar podría ser contraproducente:
- Resistencia bacteriana: Los microbios desarrollan resistencia frente a los antimicrobianos.
- Riesgos químicos: Muchos desinfectantes contienen sustancias potencialmente tóxicas.
Si bien la desinfección es esencial en hospitales y otros entornos críticos, los expertos recomiendan un uso moderado en casa, destacando que eliminar todos los microbios es imposible y poco saludable.
La naturaleza como aliada del sistema inmunológico
El estudio también señala que las viviendas cercanas a la naturaleza tienen microbiomas más diversos y saludables. Según Gilbert, esto se traduce en sistemas inmunológicos más fuertes y una menor incidencia de asma y alergias en los niños.
En contraste, los hogares urbanos, alejados del contacto con el entorno natural, tienden a tener microbiomas menos beneficiosos, lo que subraya la necesidad de reconectar con la naturaleza para mejorar nuestra salud a largo plazo.
Innovaciones: Los edificios probióticos
El diseño arquitectónico está empezando a incorporar estos hallazgos. Investigadores como Richard Beckett están desarrollando materiales “vivos” que integran bacterias beneficiosas en cerámicas y morteros, una idea que podría revolucionar la forma en que concebimos los espacios habitables.
¿Es hora de replantear nuestra relación con la limpieza?
Con el aumento de enfermedades autoinmunes y alergias, es fundamental reflexionar sobre nuestra obsesión por la higiene. Los expertos destacan la importancia de encontrar un equilibrio entre mantener la limpieza necesaria y preservar la diversidad microbiana.
Quizás la verdadera salud no dependa de un hogar completamente esterilizado, sino de uno donde los microorganismos convivan en armonía con los habitantes, fortaleciendo sus defensas y mejorando su bienestar.