Por Fernanda Sánchez
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una de las alteraciones del neurodesarrollo más comunes, afecta al 5% de los niños, y aproximadamente la mitad continúa padeciéndolo en la adultez. Sin embargo, la investigación sobre tratamientos específicos para adultos sigue siendo limitada, lo que genera desafíos en su manejo.
Uno de los tratamientos más frecuentes, el metilfenidato, ampliamente utilizado en niños, no cuenta con aprobación oficial para su uso en adultos con TDAH, a pesar de que se prescribe fuera de indicación. Según Narcís Cardoner, director de psiquiatría del Hospital Sant Pau en Barcelona, “sería absurdo no usar los mismos medicamentos en adultos, pero lo hacemos sin la evidencia específica que avale su eficacia en esta población”.
Un estudio pionero en The Lancet Psychiatry
Un análisis reciente, publicado por The Lancet Psychiatry, evaluó 113 estudios con 14,800 participantes para arrojar luz sobre los tratamientos para el TDAH en adultos. Liderado por Edoardo G. Ostinelli, el equipo comparó intervenciones farmacológicas y no farmacológicas, concluyendo que los estimulantes y la atomoxetina son las únicas opciones que, a corto plazo, reducen significativamente los síntomas del trastorno. Sin embargo, la atomoxetina mostró problemas de tolerancia, como dolores de cabeza, insomnio y aumento del ritmo cardiaco, lo que llevó a muchos pacientes a abandonarla.
Por otro lado, las terapias no farmacológicas, como el mindfulness o la estimulación transcraneal, presentaron resultados limitados y no mejoraron los síntomas desde la perspectiva de los propios pacientes.
Perspectivas y desafíos a futuro
La falta de ensayos clínicos a largo plazo sobre el TDAH en adultos refleja el escaso interés económico en este ámbito. La mayoría de los estudios se centran en periodos de hasta seis meses, dejando una brecha en el conocimiento sobre los efectos a largo plazo. Andrea Cipriani, coautora del estudio y directora del Laboratorio de Psiquiatría de Precisión de Oxford, enfatizó la necesidad de explorar tratamientos sostenibles que mejoren el bienestar integral de los adultos con TDAH.
Además, especialistas como David Coghill, de la Universidad de Melbourne, destacan la dificultad para comparar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos, mientras que Ashley Bush subraya la importancia de abordar trastornos coexistentes, como la ansiedad y la depresión, que suelen acompañar al TDAH.
A pesar de estas limitaciones, el uso de psicoestimulantes en adultos parece ofrecer beneficios indirectos, como la reducción en el consumo de sustancias o accidentes, un riesgo significativo en esta población, según Cardoner.
Un llamado a la acción
El TDAH en adultos requiere mayor atención de la comunidad científica y de los responsables de formular políticas de salud. La creación de guías basadas en evidencia, ensayos clínicos más amplios y opciones terapéuticas innovadoras es esencial para mejorar la calidad de vida de quienes viven con este trastorno.