La victoria de Trump: un triunfo para Elon Musk y la influencia del gran capital en política

Por Sofia Swindall

La victoria de Donald Trump en las elecciones es, en parte, un triunfo para Elon Musk y la creciente influencia del gran capital en el ámbito político. Es difícil desvincular el trabajo de campaña de Musk de las diversas fuerzas que llevaron a Trump a la Casa Blanca. Su papel podría inspirar movimientos similares y marcar el inicio de una transformación en las campañas políticas.

En la vibrante reunión de la noche electoral, Musk se encontraba sentado cerca de Trump, listo para atribuirse parte del mérito de su victoria. “Mi comité independiente, America PAC, fue crucial para mejorar la campaña republicana en los estados clave”, comentó Musk a Tucker Carlson en una entrevista en Mar-a-Lago, la residencia privada de Trump en Florida. Además, Musk publicó una imagen en redes sociales desde el Despacho Oval, celebrando ante sus millones de seguidores.

El comité de Musk, fundado hace solo seis meses, dirigió la operación de captación de votos de Trump en los estados más disputados, consolidando una función clave que Trump delegó en él. La victoria electoral fue, además de un logro para Musk, un testimonio de la fuerza de la política de grandes capitales: un solo donante con inmensa riqueza que aprovechó el sistema de financiación de campañas en Estados Unidos como nunca antes.

Con un aporte financiero de más de 175 millones de dólares, Musk prácticamente financió la campaña republicana. Desde agosto, sus representantes tocaron cerca de 11 millones de puertas en estados clave, como Míchigan y Pensilvania, gastando otros 52 millones de dólares en publicidad y programas de correo directo. Su estrategia también incluyó la captación de votantes en áreas rurales, donde Trump ganó con margen. El éxito del comité de Musk plantea un precedente, al alinearse con las nuevas normas de la Comisión de Elecciones Federales, que permiten mayor coordinación entre campañas y comités independientes.

En los últimos días previos a la elección, el comité intentó reforzar el número de representantes en las calles de estados clave, ofreciendo bonos de hasta 200 dólares diarios en Míchigan. Sin embargo, el crecimiento esperado en personal no se materializó en todos los estados, como fue el caso de Wisconsin, donde hubo dificultades para conseguir mano de obra de último momento.

En Pensilvania, Musk se atribuyó el aumento en las cifras de votación anticipada entre los republicanos, aunque otras organizaciones, como Americans for Prosperity, también contribuyeron en esa tarea.

La intervención de Musk incluyó foros y mítines a favor de Trump, aunque hacia el final de la campaña su participación se redujo. Un foro programado para el lunes fue cancelado debido a problemas técnicos, y otro evento fue pospuesto sin aviso, mientras Musk organizaba una conferencia en X Spaces en la tarde.

Mike DuHaime, exfuncionario del Comité Nacional Republicano, expresó cautela ante el poder de los grandes donantes en la política. “Cuanto más control tengan las campañas y los partidos sobre el gasto, mejor, ya que son quienes responden ante los votantes”, afirmó.

Impulsados por una admiración mutua, Musk y Trump pueden haber iniciado una colaboración política de largo plazo. En su discurso de victoria, Trump no dudó en alabar a Musk, afirmando: “¡Ha nacido una estrella: Elon!”.

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