La adolescencia, lejos de ser una fase caótica, representa una etapa esencial para el desarrollo de tus hijos. Entender que muchos de los comportamientos que a veces causan molestia son normales puede ayudar a construir una relación sana y respetuosa.
Según la psicóloga Diana Al Azem, este período no tiene que verse como una batalla constante. La clave está en acompañarlos de manera consciente y darles la oportunidad de expresar sus emociones, incluso cuando se trata de desacuerdos o momentos de rebeldía.
Los adolescentes atraviesan intensos cambios físicos y emocionales que pueden confundir y preocupar a los padres. Sin embargo, es importante recordar que en estos momentos de autodescubrimiento, el hogar debe ser un espacio seguro donde los jóvenes puedan practicar la asertividad, decir “no” y aprender a poner límites.
Al Azem señala que la verdadera rebeldía no siempre es una señal de alarma, sino una oportunidad de aprendizaje mutuo para fortalecer la relación.