Alejandra López Martínez
El pasado martes 8 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, presentaron la nueva estrategia de seguridad del Gobierno Federal, que busca combatir a los grupos del crimen organizado y reducir los homicidios en México.
Esta estrategia, centrada en reducir la violencia y pacificar el país, se ha vuelto particularmente importante tras varias semanas de enfrentamientos armados en diversas zonas del país. La mayor incidencia se ha registrado en Guanajuato, aunque también han sido muy visibles los ocurridos en Sinaloa y Guerrero. La violencia, en la primera semana de gobierno de la presidenta Sheinbaum, ha cobrado la vida de 566 personas. Uno de los asesinatos más notorios fue el del alcalde de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, a tan solo seis días de haber asumido el cargo, de la forma más sanguinaria y cruel. Además, continúan los enfrentamientos en Sonora, y Guanajuato es el estado con mayor índice de homicidios dolosos.
El plan de Sheinbaum y Harfuch tiene cuatro ejes principales: atención a las causas mediante programas sociales que buscan alejar a los jóvenes del crimen; consolidación de la Guardia Nacional, que seguirá bajo la Secretaría de la Defensa Nacional con más de 133,000 elementos; fortalecimiento de la inteligencia e investigación, con la creación de la Subsecretaría de Inteligencia para identificar redes criminales; y coordinación interinstitucional entre el Gabinete de Seguridad y las autoridades locales y fiscalías estatales par a para atender delitos y garantizar justicia a las víctimas.
La violencia en México lleva dieciocho años en aumento constante, como lo muestran las estadísticas del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, y las buenas intenciones de los gobiernos no han sido suficientes. Cada sexenio se presentan planes que en el papel suenan muy contundentes, pero que no explican por qué no se encarcelan a los grandes capos, por qué los cárteles siguen controlando el territorio y a las autoridades, cómo tienen recursos económicos y armas que sobrepasan al Estado mexicano, y no han visto disminuido su poder ni un ápice. A pocos días de asumir el cargo, la presidenta enfrenta enormes problemas con la violencia en todo el territorio nacional, y su estrategia deberá dar resultados pronto, pues este tema eclipsa todos los logros que pudiera alcanzar, y apenas está comenzando.