Por Samantha Guerrero
La Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río”, conocida popularmente como Tenería, enfrenta una crisis sin precedentes que ha transformado su percepción pública. Fundada en 1927 en la exhacienda “La Tenería”, esta institución surgió con el propósito de formar docentes comprometidos con las comunidades marginadas del país. Sin embargo, en los últimos años, su imagen se ha deteriorado, siendo ahora asociada con actos delictivos y violencia.
De la Formación Docente a la Delincuencia
Egresados de la institución han expresado su creciente preocupación por la ola de violencia que ha marcado la escuela. En un periodo de 72 horas, estudiantes fueron acusados de robar 13 autobuses y camiones de carga en varios municipios del Estado de México, además de vandalizar instalaciones educativas. Este comportamiento ha alimentado un estigma que oscurece el legado de la normal.
Protestas y Demandas por Recursos
Los normalistas justifican sus acciones como protestas para exigir recursos que mejoren su plantel y otorguen becas a estudiantes foráneos. Sin embargo, el contexto de estas movilizaciones ha dado lugar a actos cada vez más agresivos, lo que ha llevado a la comunidad a enfrentarse a los estudiantes en defensa de su seguridad.
Un Entorno Marcado por la Violencia y las Drogas
El clima de violencia se ha intensificado con el trágico homicidio de Brayan, un estudiante asesinado en julio a manos de presuntos miembros del Comité de Honor y Justicia de la escuela. Este suceso ha puesto de relieve la influencia negativa del crimen organizado en el campus, lo que ha llevado a muchos egresados a manifestar su temor por las represalias.
“Ya no podemos ocultar la realidad dentro de la normal”, comenta un egresado bajo condición de anonimato. Este ambiente hostil no solo pone en riesgo a los estudiantes actuales, sino que también empaña la reputación de aquellos que buscan integrarse al sistema educativo.
La Necesidad de un Cambio Urgente
Los exalumnos de la Escuela Normal Rural han enfatizado la urgencia de transformar la forma en que se llevan a cabo las protestas y de reevaluar el funcionamiento interno de la escuela. De no hacerlo, advierten que el programa de Normales Rurales podría enfrentar su extinción en el Estado de México.
La presencia del Comité de Honor y Justicia ha sido un punto de crítica, señalado como un grupo que perpetúa la violencia y la intimidación en lugar de mantener el orden. La situación en Tenería es un llamado a la reflexión sobre el futuro de la educación rural en el país y la necesidad de rescatar su legado educativo.