Por Sofia Swindall
El Lago de Chapala, la principal fuente de agua para Guadalajara, se encuentra en una situación crítica. A pesar de las lluvias, el lago no ha logrado recuperarse por completo. Alejandro Aguirre Curiel, presidente municipal de Chapala, ha expresado su esperanza de que el lago pueda alcanzar un buen nivel al cierre del 2024, si se logran las dos metros de recuperación previstos. Sin embargo, el aumento de la población en la cuenca Lerma-Chapala ha empeorado la calidad del agua, creando un desafío mayor para la preservación del lago.
Población en aumento, calidad de agua en riesgo
El crecimiento de la población en toda la cuenca de Lerma-Chapala ha complicado el tratamiento de las aguas, afectando directamente la calidad del agua. Aguirre Curiel subraya que esta situación ya ha sido planteada en diversas reuniones, donde se ha discutido la necesidad de mejorar el manejo del agua, tanto en el sector industrial como en la cuenca en general. La esperanza ahora recae en que la nueva administración federal, liderada por Claudia Sheinbaum, ponga mayor atención a este problema.
Expectativas de recuperación
Aunque el Lago de Chapala no ha recuperado sus niveles normales a pesar de las lluvias, Aguirre Curiel confía en que en los próximos días, cuando el agua de las presas descienda, el lago pueda alcanzar al menos dos metros de recuperación. “Ya llevamos más de un metro y confío en que lleguemos a los dos metros. Las cuencas y presas todavía liberarán más agua, y eso podría ayudar”, expresó el alcalde.
Proliferación de lirio, otro reto para el lago
Con la llegada de más agua, también surge el riesgo de que prolifere el lirio en el lago, lo cual puede comprometer el ecosistema acuático. Actualmente, la situación está controlada, pero el municipio se mantiene alerta para evitar que el lirio afecte la vida de los peces. El ayuntamiento ya ha comenzado a extraer estas plantas, tarea que será fundamental para preservar el lago.
Invasiones en la ribera: un problema latente
Otro de los problemas que enfrenta el Lago de Chapala es la invasión de terrenos en la ribera. Aguirre Curiel estima que al menos el 30% de la ribera ha sido invadido. Este fenómeno ocurre cuando baja el nivel del agua, lo que permite que las propiedades crezcan de manera ilegal. A pesar de los esfuerzos municipales para frenar estas invasiones, la falta de acción firme a nivel federal dificulta el control efectivo de la situación.
Aguirre Curiel señala que, aunque el municipio ha recuperado algunas áreas invadidas, como el malecón, sigue siendo un reto constante. Las invasiones no solo representan una amenaza para el territorio, sino que también empeoran la situación ambiental del lago. El alcalde destaca la necesidad de que el nivel del agua suba para reducir las tentaciones de invasión en zonas federales.