Las cataratas del Niágara, una maravilla natural que han visitado desde Marilyn Monroe hasta Mark Twain, han sido un imán que ha atraído a viajeros de todo el mundo durante al menos dos siglos. Pero hasta este año, un enorme túnel enterrado en las profundidades de la cascada había estado vedado a los visitantes.
Las rocas bajo la gigantesca cascada triple que se extiende a lo largo de la frontera entre Nueva York y la provincia canadiense de Ontario están repletas de cámaras excavadas para aprovechar las poderosas fuerzas de la naturaleza que se desploman sobre ellas.
Y ahora, un túnel de 670 metros construido hace más de un siglo en el lado canadiense fue abierto y revela la impresionante escala de estas maravillas de la ingeniería.
Desde julio de 2022, forma parte de las visitas a la clausurada Central Eléctrica de los Parques del Niágara, que comenzaron un año antes. Explorarla ofrece una visión fascinante del trabajo pionero que ayudó a llevar este rincón de Norteamérica a la era moderna.
La central, que funcionó desde 1905 hasta 2006, desviaba el agua del caudaloso río Niágara para hacer funcionar gigantescos generadores que electrificaron la industria regional y contribuyeron a que el cercano puerto de Búfalo en los Grandes Lagos se conociera como la Ciudad de la Luz.
La región que rodea la cascada, según la guía de la estación, Elena Zoric, fue en su día un centro de actividad para los empresarios que querían sacar provecho de la energía hidráulica.
La central hidroeléctrica de Adams fue la primera en abrir y funcionó en el lado estadounidense desde 1895 hasta 1961. En el lado canadiense, la Ontario Power Company funcionó de 1905 a 1999, y la Toronto Power Generating Station de 1906 a 1974.
En la actualidad, la estación de Niagara Parks es la única central hidroeléctrica del mundo de su época que está totalmente intacta. Originalmente operada por la Canadian Niagara Power Company, utilizaba generadores Westinghouse para crear corrientes alternas patentadas por el inventor Nikola Tesla, tecnología de vanguardia en aquella época.
La central, como explica la guía Zoric a los visitantes, se construyó en una época en la que imperaba la estética. Su exterior de piedra caliza rústica y las tejas azules fueron, según ella, un intento del arquitecto neoyorquino Algernon S. Bell de que la estructura se integrara en las cataratas.
Antes de llegar al túnel, se muestra a los visitantes de la central eléctrica una maqueta de las enormes obras de ingeniería que se realizaron para convertir las aguas en electricidad.
Caminando por el pasillo arqueado del túnel, señala las marcas blancas y calcáreas que llegan casi hasta la parte superior de las paredes arqueadas de ladrillo.
“Se puede ver hasta dónde llegó el agua”, dice. “El túnel contenía 71.000 galones de agua que se movían a nueve metros por segundo”.
Construido como una fortaleza, el túnel de suave curvatura consta de cuatro capas de ladrillo, 45 centímetros de concreto y está rodeado de esquisto.”Es increíble lo que hicieron sin electricidad”, dijo Gruosso.
“Hicimos algunas reparaciones menores del ladrillo y añadimos anclajes de roca al arco para garantizar la integridad estructural, pero está en muy buena forma. Solo le han hecho mantenimiento dos veces desde que se construyó, una en los años 50 y otra en los 90”, cuenta.
Abren un túnel enorme bajo las cataratas del Niágara
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