Hacinamiento Carcelario en Paraguay: Un Desafío Urgente para la Justicia

Por Samantha Guerrero

Paraguay enfrenta una crisis alarmante en sus cárceles, donde el hacinamiento se convierte en un problema persistente que agrava las condiciones de vida de miles de reclusos. A pesar de los esfuerzos recientes del gobierno para restaurar el orden en sus prisiones, el estado de las instalaciones, especialmente en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, sigue siendo preocupante.

La Crisis del Hacinamiento en las Prisiones Paraguayas

En los últimos meses, las autoridades han implementado operativos en diversas prisiones para controlar la influencia de organizaciones criminales como el Clan Rotela. Sin embargo, estas intervenciones no han resuelto el problema del hacinamiento, que se ha vuelto un sello distintivo de las cárceles paraguayas. En Tacumbú, la cárcel más grande del país, más de 700 internos fueron trasladados tras una intervención que dejó decenas de muertos y heridos, pero las condiciones siguen siendo críticas.

Con una capacidad para 9,975 personas, el sistema penitenciario paraguayo alberga actualmente a más de 17,675 reclusos, lo que representa una sobrepoblación del 177%. Esta situación ha llevado a que hasta quince presos compartan una celda destinada para cuatro o cinco, lo que convierte la privacidad en un lujo casi inexistente.

Condiciones de Vida Precarias

La falta de espacio y recursos crea un entorno de convivencia tensa y difícil. En las cárceles masculinas, los internos duermen en colchonetas sobre un suelo duro, mientras que en las prisiones de mujeres, como El Buen Pastor, el ambiente es notablemente más ordenado y libre de hacinamiento. Sin embargo, la ausencia de un comedor y la necesidad de consumir alimentos en las celdas agravan aún más la situación.

Durante los calurosos días de verano, las temperaturas pueden alcanzar hasta los 40 grados, y los internos dependen de un solo ventilador para mitigar el calor en celdas abarrotadas. Las paredes de las prisiones, marcadas por el deterioro y los motines, son testigos silenciosos de una realidad que se repite en el resto de América Latina.

Un Sistema Judicial que Contribuye al Problema

Uno de los factores que alimenta el hacinamiento es la ineficacia del sistema judicial. Actualmente, solo el 33.5% de los internos tiene una condena, lo que significa que miles de personas permanecen en prisión a la espera de juicio. Atiliano Cuyer, un interno de 64 años, refleja esta frustración al denunciar la lentitud de los tribunales y la desigualdad en el acceso a la justicia.

Las condiciones de las prisiones en Paraguay requieren atención urgente. La combinación de hacinamiento, falta de recursos y un sistema judicial lento no solo afecta a los reclusos, sino que también plantea desafíos significativos para la sociedad en su conjunto.

Noticias recientes

Related articles

¿Tienes un evento social en puerta?

spot_imgspot_img