“Híjole, apenas me detengo”, exclamó la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez y Hernández, cuando intentó colocar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo.
Se le veía muy enferma. Llevaba un tanque de oxígeno. La mujer de izquierda de toda la vida, deja un vacío muy difícil de llenar. Falleció cuatro días después de ese histórico día, en que rindió protesta la primera mujer en ocupar la Presidencia.
Siempre conciliadora, Ifigenia Martínez jugó un papel determinante en la transición democrática del país, fue fundadora de la Corriente Democrática Nacional del PRI, junto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo.
Fue una guerrera, defensora de la autonomía universitaria, en 1968, junto con profesores de la talla de Heberto Castillo Martínez, Luis Villoro y Elí de Gortari, se sumaron a la lucha estudiantil de 1968 y junto con los estudiantes enfrentaron al régimen represor de Gustavo Díaz Ordaz.
Su compromiso con la educación y la justicia social, fue más intenso durante 1968, tanto así que su postura en contra de las acciones que había tomado el presidente Díaz Ordaz, le merecieron la cárcel.
Cuando fue galardonada con la presea Belisario Domínguez en 2021, Ifigenia Martínez y Hernández, en un emotivo discurso se pronunció por el respeto de la división de poderes: “Debe mantenerse incólume y sin amenazas ni presiones”.
A sus 91 años, hizo un llamado a la unidad de la República para alcanzar los objetivos del país: “Desde esta tribuna quiero hacer un llamado a la unidad para la fortaleza y el desarrollo nacional. Quiero recordar que México es nuestra causa y
nuestra casa común, y como Belisario Domínguez hago un llamado al compromiso y al deber”.
En un discurso que no pudo leer en la toma de protesta de la presidenta Sheinbaum Pardo, Ifigenia Martínez, referente histórica en la lucha de las mujeres y símbolo de la izquierda mexicana, a sus 94 años, aseguró “es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era”.
Las líneas de su discurso hablan de una mujer incansable y guerrera, que dejará un enorme legado a las actuales y futuras generaciones., y en el mismo apuntó: “Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico”.
Señaló que “en 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.
Humilde como siempre, Ifigenia Martínez en su discurso agradeció “profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia”.
Sabedora de la situación en que se encuentra el país, también convoco a la unidad y la reconciliación. Señaló que: “Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario”. Y fue más allá en su discurso al subrayar que “es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella”.
Era la encargada de colocar la banda presidencial a Sheinbaum, sin embargo, su precaria salud no se lo permitió. Fue una imagen emotiva, conmovedora, me atrevo a decir que hasta sublime, por el esfuerzo realizado por la diputada para ponerse de pie.
Llevaba un tanque de oxígeno.Ayudada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, sólo alcanzó a pasarle la banda presidencial a la nueva jefa del ejecutivo. En ese momento, hubo expectación, y ella alcanzó a expresar: “Híjole, apenas me detengo”.
Este lunes, Las cámaras de Diputados y de Senadores ralizarán una sesión de Congreso General para rendir homenaje de cuerpo presente en el palacio legislativo de San Lázaro a la maestra Ifigenia Martínez y Hernández. Homenaje más que merecido a una grande de la izquieda mexicana.