Desarrollar hábitos saludables desde temprana edad es crucial para los niños. Según un estudio de la Universidad de Brown, a los nueve años ya han creado rutinas que son difíciles de cambiar. Como padres, ser el ejemplo es clave para que tus hijos adopten hábitos positivos.
Los niños observan y aprenden de su entorno: no solo de los padres, sino también de maestros, cuidadores y lo que consumen en televisión e Internet. Por eso, antes de exigirles a tus hijos que adopten un nuevo hábito, asegúrate de incorporarlo tú mismo en tu vida diaria.
Importancia de las rutinas familiares
Las rutinas no solo organizan las actividades diarias de la familia, sino que también brindan un sentido de pertenencia y confianza a los niños. A través de estas, desarrollan independencia y habilidades como la gestión del tiempo y la responsabilidad. Actividades sencillas como revisar el horario diario y tener tareas domésticas ayudan a fomentar su desarrollo.
Además, estas rutinas enseñan hábitos saludables como la buena higiene, la alimentación balanceada y la actividad física. Limitar el tiempo frente a pantallas, mantener una dieta equilibrada y asegurar un descanso adecuado son algunos de los puntos clave.
Iniciar con uno o dos hábitos e ir incorporando más con el tiempo es una estrategia efectiva para que los niños desarrollen conductas que les beneficiarán a lo largo de su vida.
