Por Fernanda Sánchez
Las recientes inundaciones en Chalco, Estado de México, han expuesto a miles de personas a condiciones insalubres que ponen en riesgo su salud. Estas emergencias no solo provocan daños materiales, sino que también favorecen la proliferación de enfermedades que afectan tanto a corto como a largo plazo a la población.
Enfermedades causadas por las inundaciones
El contacto prolongado con aguas contaminadas y la falta de saneamiento básico han creado un entorno propicio para la aparición de diversas enfermedades. Entre las más comunes se encuentran:
- Enfermedades diarreicas: El consumo de agua contaminada y la falta de higiene pueden provocar diarrea, cólera y otras infecciones gastrointestinales.
- Enfermedades transmitidas por vectores: La acumulación de agua estancada genera criaderos de mosquitos, elevando el riesgo de dengue, zika y chikungunya.
- Enfermedades de la piel: La exposición directa a aguas contaminadas puede causar infecciones como dermatitis y pie de atleta.
- Enfermedades respiratorias: La humedad y el moho en las viviendas afectadas pueden desencadenar asma, bronquitis y otras afecciones respiratorias.
- Enfermedades transmitidas por roedores: Las inundaciones desplazan a los roedores, aumentando la posibilidad de contagio de leptospirosis y hantavirus.
Medidas preventivas y recomendaciones
Para minimizar los riesgos sanitarios, es crucial implementar acciones que ayuden a prevenir la propagación de enfermedades:
- Garantizar agua potable: Proveer acceso a agua segura y clorada para el consumo humano.
- Restauración del saneamiento: Reestablecer rápidamente los servicios de alcantarillado y la recolección de basura.
- Control de vectores: Fumigaciones periódicas y eliminación de criaderos de mosquitos y roedores.
- Vacunación: Realizar campañas de vacunación contra tétanos y hepatitis A, entre otras.
- Educación sanitaria: Informar a la población sobre medidas de higiene como el correcto lavado de manos y la cloración del agua.
El impacto en la salud mental
Además de los riesgos físicos, las inundaciones también afectan el bienestar mental de los afectados. Las personas expuestas a estos desastres suelen experimentar ansiedad, estrés postraumático y depresión, debido a la pérdida de sus pertenencias y la incertidumbre sobre el futuro.
Es fundamental que las autoridades y la población trabajen en conjunto para mitigar los efectos de las inundaciones y evitar una crisis sanitaria mayor.