Por Fernanda Sánchez
Los baños de hielo han ganado popularidad en el mundo del fitness y la salud, en gran parte gracias a figuras como el atleta de aventura holandés Wim Hof, conocido como “El Hombre de Hielo”. Hof y otros entusiastas de la terapia con frío afirman que la exposición al agua helada ayuda en la recuperación muscular, mejora el estado de ánimo y hasta fortalece el sistema inmunológico. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre estos supuestos beneficios?
¿Qué es la crioterapia?
La crioterapia, o terapia de frío, incluye una variedad de métodos para enfriar el cuerpo. Desde duchas frías y baños de hielo, hasta el uso de cámaras especializadas que exponen al cuerpo a temperaturas extremadamente bajas. Pero, aunque suene prometedor, la evidencia científica detrás de estos tratamientos es limitada.
Según un estudio en Nature Scientific Reports, el método Wim Hof, que incluye exposición al frío, respiración y meditación, no mostró cambios significativos en la salud cardiovascular ni en el estado de ánimo de los participantes tras 15 días de seguimiento. Esto sugiere que la crioterapia no es la solución milagrosa que algunos afirman.
¿Cuáles son los beneficios de los baños de hielo?
Recuperación atlética: La aplicación de hielo se ha usado durante años para reducir la hinchazón y el dolor tras una lesión. Sin embargo, el Dr. Andrew Jagim, especialista en medicina deportiva, advierte que el uso excesivo de hielo podría retrasar la recuperación a largo plazo, especialmente cuando se usa de manera constante durante el entrenamiento. Aunque los baños de hielo pueden ayudar en torneos o entrenamientos intensos, no son recomendables para uso diario.
Inmunidad: Se ha afirmado que la exposición al frío puede reforzar el sistema inmunológico. Un estudio con más de 3,000 participantes mostró que aquellos que añadieron duchas frías a su rutina diaria reportaron un 29% menos de días de baja por enfermedad. No obstante, los investigadores no lograron identificar los mecanismos fisiológicos que podrían explicar este beneficio.
Mejora del estado de ánimo: Otro supuesto beneficio de los baños de hielo es la mejora del bienestar mental. Algunas investigaciones sugieren que la exposición al frío podría liberar endorfinas y noradrenalina, ayudando a reducir la ansiedad y mejorar el estado de alerta. Sin embargo, estos estudios son limitados y se necesita más investigación para confirmar estos efectos.
¿Es segura la crioterapia?
La exposición al frío extremo puede presentar riesgos, especialmente en entornos no controlados, como zambullidas en lagos congelados. La inmersión en agua helada puede provocar un “shock térmico”, aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que podría ser peligroso para personas con problemas cardíacos. Sin embargo, las inmersiones breves en agua fría en un entorno controlado, como en casa, son generalmente seguras.
¿Vale la pena intentarlo?
La terapia de frío puede ofrecer beneficios modestos para la recuperación muscular y el estado de ánimo. Sin embargo, como menciona el Dr. Jagim, es importante enfocarse en los pilares fundamentales de la salud, como el ejercicio, la nutrición y el sueño, antes de considerar los baños de hielo como una práctica regular.
Aunque los baños de hielo pueden ser útiles para ciertos casos, la evidencia científica es insuficiente para respaldar muchas de las afirmaciones hechas por sus defensores. Si decides intentarlo, asegúrate de hacerlo con precaución y consulta a un profesional de la salud.