Por Sofia Swindall
En agosto de 2024, el Desierto del Sahara fue testigo de un fenómeno climático sin precedentes: lluvias significativas y totalmente inusuales en una de las zonas más áridas del planeta. Este evento ha alterado la dinámica climática, afectando la temporada de huracanes en el Atlántico.
Precipitaciones históricas
Según datos meteorológicos, las precipitaciones en el Sahara alcanzaron un 500% más de lo normal, un hecho extraordinario para una región que recibe poca lluvia. Este cambio se atribuye al desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ) hacia el norte. Las lluvias, que superaron los 25 mm en algunas áreas, equivalen a la acumulación de agua esperada durante un período de 5 a 10 años.
Impacto en la Temporada de Huracanes del Atlántico
Estas lluvias raras en el Sahara han impactado directamente en la actividad ciclónica del Atlántico. A pesar de que las temperaturas de la superficie del mar son favorables para la formación de tormentas, la temporada de huracanes de 2024 ha sido sorprendentemente tranquila. Hasta ahora, solo el huracán Beryl alcanzó la categoría 5 en julio.
Cambio en los Patrones Climáticos Globales
El desplazamiento del ITCZ y las lluvias inusuales en el Sahara han reducido la formación de ondas tropicales, esenciales para la generación de huracanes. Se espera que el Desierto del Sahara experimente más lluvias, con algunas áreas alcanzando hasta un 1000% de la precipitación habitual. Este fenómeno podría ser una señal de cambios climáticos globales más amplios.
Científicos Atentos al Futuro Climático
Los meteorólogos advierten que, aunque la temporada de huracanes ha sido tranquila, nuevas tormentas podrían formarse en los próximos meses. Mientras tanto, la comunidad científica sigue observando de cerca estos eventos meteorológicos inusuales para comprender mejor sus implicaciones a largo plazo y cómo podrían influir en el clima global.