Por Daniela Altamirano
Roman Reigns, el fenómeno indiscutible de la WWE, sorprendió al mundo con su regreso explosivo en SummerSlam 2024. Motivado por la traición hacia su manager Paul Heyman, Reigns volvió con una misión clara: recuperar el emblemático collar de Jefe Tribal, que simboliza su supremacía en la WWE. Su primer paso en esta revancha será desmantelar a The Bloodline y poner fin al reinado usurpador de Solo Sikoa, quien se autoproclamó Jefe Tribal tras la ausencia de Reigns y la pérdida del Campeonato Universal en WrestleMania 40.
En un combate que prometía ser monumental, Reigns enfrentó a Sikoa en una batalla que marcó su retorno triunfal. Con renovada fuerza y determinación, Reigns demostró que su legado como Jefe Tribal sigue siendo sólido e inquebrantable. Su victoria no solo reafirmó su estatus como el auténtico líder de The Bloodline, sino que también envió un mensaje fuerte y claro a sus adversarios.
La presencia de Reigns en el cuadrilátero promete revolucionar el escenario de la WWE, abriendo la puerta a nuevas y emocionantes rivalidades. Su regreso ha capturado la atención de los fanáticos y ha impulsado un notable incremento en las ventas y los ingresos de la empresa. Con el Campeón Indiscutible Cody Rhodes ahora en la mira, la WWE se prepara para una serie de enfrentamientos llenos de tensión y drama. El futuro de la compañía es incierto y electrizante, con Roman Reigns nuevamente en el centro de la acción.