Por Kathya Contreras
La Embajada de Ucrania en México ha solicitado formalmente al gobierno mexicano que arreste al presidente ruso Vladimir Putin si decide asistir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Esta petición se basa en los cargos que enfrenta Putin ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra, incluyendo el secuestro y traslado forzoso de menores ucranianos a Rusia durante la invasión de Ucrania.
TENSIÓN INTERNACIONAL: LA SOLICITUD DE UCRANIA
La crisis entre Ucrania y Rusia ha creado una serie de tensiones en el escenario internacional, y esta solicitud busca que México se alinee con las decisiones de la justicia internacional. Putin ha sido invitado a la ceremonia de investidura de Sheinbaum como parte de los protocolos diplomáticos habituales, que incluyen a los países con los que México tiene relaciones.
Desde la embajada ucraniana se ha subrayado la importancia de que México ejecute la orden de arresto internacional si Putin pisa territorio mexicano. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha indicado que México mantendrá su política de no intervención en los asuntos internos de otros países y seguirá sus relaciones diplomáticas, lo que implica que la detención de Putin no está en sus planes.
MÉXICO Y RUSIA: UN VÍNCULO DIPLOMÁTICO DE MÁS DE UN SIGLO
Las relaciones diplomáticas entre México y Rusia se remontan a 1890. A lo largo de los años, estas relaciones han vivido altibajos, influenciadas por el contexto global y las dinámicas bilaterales. Durante la Guerra Fría, el acercamiento de México a Estados Unidos enfrió las relaciones con Rusia, pero con el tiempo, especialmente tras el fin de la Unión Soviética, ambos países han fortalecido sus lazos.
Hoy en día, México y Rusia mantienen relaciones basadas en el respeto mutuo, la cooperación económica y el intercambio cultural. La invitación a Putin para la toma de posesión de Sheinbaum es un reflejo de estas relaciones diplomáticas que México sostiene con múltiples naciones.
IMPACTO DE UN POSIBLE ARRESTO DE PUTIN EN MÉXICO
Arrestar al presidente Vladimir Putin en suelo mexicano tendría repercusiones profundas tanto a nivel internacional como en la política interna del país. Este acto podría desencadenar una crisis diplomática entre México y Rusia, con posibles sanciones o represalias económicas por parte del Kremlin.
Además, la detención de un líder mundial en territorio mexicano sería un evento sin precedentes, que podría ser percibido como una intervención en los asuntos internos de otro país, contraviniendo la política exterior tradicional de México, que siempre ha abogado por la no intervención y el respeto a la soberanía.
La acción también podría generar fuertes críticas y presiones por parte de naciones aliadas de Rusia y organismos internacionales, lo que complicaría aún más el panorama diplomático de México. Internamente, esto podría abrir un debate sobre la dirección de la política exterior mexicana y su postura frente a la justicia internacional.