Por Sharon Oropeza
La Guelaguetza, considerada la madre de todas las festividades oaxaqueñas, reúne a diversas regiones del estado en una competencia vibrante de danzas, trajes coloridos y una muestra de cultura que deja boquiabiertos a los espectadores.
Desde lo alto del Cerro del Fortín, el auditorio recibe a los asistentes con una bolsa que incluye repelente, dulces, suero hidratante y un sombrero, preparando a todos para una experiencia inolvidable.
Al llegar, la energía contagiosa de la música en vivo y los gritos de emoción te hacen sentir el orgullo oaxaqueño, incluso si no eres de Oaxaca. Es difícil no emocionarse al ver el entusiasmo de los locales, que transmiten su amor por su tierra natal.
La fiesta comienza con la presentación de diversas regiones de Oaxaca, mostrando su cultura a través de danzas y música. Cada presentación es un despliegue de colores y sonidos que culmina con los bailarines lanzando pan, abanicos y piñas al público. La audiencia se convierte en una marea de manos ansiosas por atrapar estos objetos, en una competencia amigable que refleja el espíritu festivo del evento.
Uno de los momentos más destacados es el “Baile de los Viejitos”, donde los participantes, algunos con gran destreza, ofrecen una muestra de talento y tradición. Otro espectáculo sorprendente es el de una mujer que, con los ojos vendados, debe encontrar una aguja oculta entre el público basándose únicamente en su intuición, demostrando una habilidad impresionante.
Con una duración aproximada de tres horas, la Guelaguetza es una sobredosis de cultura regional. Los asistentes salen del auditorio sintiéndose parte de algo especial, conectados con la cultura y tradiciones oaxaqueñas.
Los boletos para los asientos más cercanos al escenario varían entre 1200 y 1500 MXN. La organización del evento es excelente, con baños disponibles y asientos cubiertos que protegen de las inclemencias del tiempo. Se recomienda asistir bien alimentado, ya que aunque se ofrecen snacks, la emoción del evento puede abrir el apetito.
Si visitas Oaxaca en julio, la Guelaguetza es una experiencia imperdible que celebra la riqueza cultural de este hermoso estado.