Por Daniela Altamirano
En una operación conjunta realizada el pasado 23 de julio, las autoridades estadounidenses lograron la captura de dos de los narcotraficantes más buscados de México: Ismael “El Mayo” Zambada y un hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. La detención se llevó a cabo en el estado de Texas, marcando un importante golpe contra el cártel de Sinaloa.
Según fuentes oficiales, “El Mayo” Zambada, considerado el líder del cártel tras la captura de “El Chapo”, fue arrestado junto con Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Guzmán que ha seguido los pasos criminales de su padre. La operación fue el resultado de una investigación exhaustiva que involucró a varias agencias federales y estatales.
Las autoridades destacaron que esta captura representa un duro golpe para la estructura del cártel de Sinaloa, que ha sido uno de los principales responsables del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Ambos detenidos enfrentan numerosos cargos relacionados con el tráfico de drogas, lavado de dinero y otros delitos graves.
Esta detención ha sido vista como un paso significativo en la lucha contra el narcotráfico en la región y podría tener repercusiones importantes en la dinámica del crimen organizado en México y Estados Unidos. La extradición de ambos individuos a México podría ser un próximo paso, aunque las autoridades estadounidenses han indicado que enfrentarán primero la justicia en territorio norteamericano.