La selección derrota a la anfitriona (91-96) con una exhibición de juego y personalidad y este domingo buscará ante Francia un nuevo oro continental
España gana y gana. No hay relevo generacional que valga en una selección que lleva la victoria tatuada en la piel. Igual da que se alisten los hermanos Gasol, Navarro y Ricky Rubio que Lorenzo Brown, Alberto Díaz y Usman Garuba. España es una idea, una cuestión de fe y de mucho baloncesto. El equipo de los siete debutantes en un gran torneo lo expresó en Berlín con una exhibición de juego y personalidad ante la anfitriona Alemania (91-96) para alcanzar la final del Eurobasket. Este domingo (20.30) buscará contra Francia un nuevo oro continental, asegurada la séptima medalla consecutiva en un campeonato de Europa. El legado continúa.
Nadie escondió sus cartas en un despegue a todo tren. Una arrancada de Schröder hasta la cocina y un cuerpeo de Willy como carta de presentación de las dos plantillas. El juego explosivo de Alemania frente a la resistencia de piedra de España. Los mismos sudores provocaban en el conjunto de Scariolo las carreras del base alemán como en el equipo anfitrión las fuertes pisadas de Willy bajo el aro. El partido se movía en un intercambio de canastas y distancias muy cortas (8-7, 14-16, 18-20). La grada retumbó con un mate de Theis cazando al vuelo y a una mano un globo de Schröder, pero a España no le temblaban las piernas en el Mercedes-Benz Arena. Rudy y Darío Brizuela refrescaron la zona exterior y Juancho y Garuba la pintura, y el equipo español cerró ese primer cuarto con un quinteto totalmente diferente del inicial. Un triple por cada bando dejó las espadas en lo alto (24-27) antes de la momentánea tregua.