Por Sharon Oropeza
Ubicada en la explanada del Monumento a la Madre, en la delegación Cuauhtémoc, la impresionante experiencia sensorial de Van Gogh Alive está lista para hacer historia. Con una carpa especialmente construida de más de 1,500 metros cuadrados, esta exposición promete ser una de las versiones más impactantes de la franquicia, que ha visitado más de 40 países alrededor del mundo.
La muestra, dedicada al solitario artista Vincent van Gogh, comienza con una introducción a su vida y obra. Los visitantes son recibidos con una cita del propio Van Gogh: “El girasol es mío en cierta manera”, escrita en un muro de intenso tono amarillo, rodeado por réplicas de sus obras más importantes. Al caminar unos pasos, los visitantes se sumergen en el mundo del pintor, explorando sus pinturas y aprendiendo más sobre su vida y su arte.
Uno de los puntos destacados de la exposición es la recreación de ‘La habitación de Vincent en Arles’, una de las obras favoritas del artista. Esta recreación fiel ofrece una visión del espacio donde Van Gogh pasó sus días y noches, reflejando su profunda conexión con esta escena, que pintó en cinco ocasiones diferentes.
La experiencia continúa en la sección más grande de la muestra, donde los sentidos son invitados a un festín de colores y melodías vibrantes. En la oscuridad, las coloridas pinturas de Van Gogh cobran vida, proyectadas en más de 3,000 imágenes que envuelven a los espectadores. Esta retrospectiva transporta a los visitantes a través de los temas recurrentes en la obra del pintor, desde flores y autorretratos hasta paisajes del post impresionismo, reflejados en paredes, techos y el suelo.
Obras emblemáticas como ‘La noche estrellada’, ‘Los girasoles’, ‘Almendro en flor’ y ‘Trigal con cuervos’ desfilan en las proyecciones, acompañadas de bocetos y piezas nunca antes vistas que revitalizan la experiencia. Durante los 45 minutos de recorrido, los olores de mandarina, té verde, lavanda, canela y verbena se mezclan en el ambiente, complementando las sensaciones evocadas por las pinturas de Van Gogh.
La experiencia de Van Gogh Alive es un poema visual que puede disfrutarse sentado, de pie o frente a las proyecciones. La culminación del recorrido es un carrusel de colores que resalta la importancia del trabajo personal del pintor.
Finalmente, los visitantes acceden a una tercera área de la experiencia, donde las marcas participantes han creado espacios inspirados en las obras de Van Gogh, ofreciendo oportunidades para fotos en escenarios como un cielo lleno de girasoles o una noche estrellada, y disfrutando de un café que parece salido de uno de sus cuadros.
Van Gogh Alive México, la muestra más grande en su tipo, estará abierta desde el 20 de febrero hasta mayo de 2020. Sin embargo, debido a su posible aceptación, podría extenderse más allá de lo esperado y romper el récord de asistentes, con una cifra superior al millón de personas. Cada espacio de esta exposición, de principio a fin, está concebido para ser único, haciendo que despedirse de esta experiencia sea realmente difícil.