Por Diana Silva
Con un traje negro que irradiaba elegancia, Madonna, la icónica reina del pop, dio inicio a su épico espectáculo en Rio de Janeiro con una poderosa interpretación de “Nothing Really Matters”, una oda a la fuerza interior que estremeció a miles de espectadores en la emblemática playa de Copacabana.
El reloj marcaba pasadas las 22H30 locales cuando la artista estadounidense de 65 años desfiló por una pasarela elevada desde el legendario hotel Copacabana Palace hasta un escenario monumental de 800 m2, el doble del tamaño de sus anteriores presentaciones en la gira.
La gira “The Celebration Tour”, concebida para celebrar sus 40 años de carrera, atrajo a una multitud estimada en hasta 1,5 millones de almas, incluyendo fervientes admiradores provenientes de todos los rincones del globo.
El ambiente fue avivado por el aclamado DJ Diplo, mientras que en la playa se congregaron entusiastas seguidores, como las hermanas argentinas Alba y Roxy Rueda, quienes aseguran haber comprado los boletos apenas se rumoreaba sobre el show en Rio meses atrás.
“Madonna ha sido una presencia constante en nuestras vidas desde que éramos niñas. Venir aquí juntas es una forma de honrar nuestra unión como hermanas”, expresó Alba a la AFP con emoción.
El espectáculo no solo atrajo a multitudes en tierra firme, sino también en el mar, donde decenas de yates y embarcaciones disfrutaron del espectáculo desde una posición privilegiada.
El evento, que demandó semanas de ardua preparación y suscitó un fervor inusual en la ciudad, transcurrió bajo estrictas medidas de seguridad destinadas a salvaguardar la integridad de los asistentes.
“Madonna ha sido una influencia transformadora en mi vida”, compartió Iná Odara, una socióloga de 29 años y ferviente seguidora de la artista, cuyo brazo luce una cita tatuada de su ídolo: “Todo lo que aprendiste, trata de olvidarlo”.
La presencia de Madonna en Rio no solo fue un espectáculo musical, sino también un recordatorio de su profundo impacto cultural y su compromiso con la diversidad y la inclusión, especialmente en la comunidad LGBTI.
El legado de Madonna continúa resonando en el corazón de sus fanáticos mientras culmina esta etapa monumental en su carrera, dejando una marca indeleble en la historia de la música pop.