Por Karla Liliana Robles Pedroza
Michael Jackson, el Rey del Pop, dejó un legado imborrable en la historia de la música. Desde sus humildes comienzos como parte de The Jackson 5 hasta su reinado como solista, Jackson cautivó al mundo con su talento incomparable, su innovadora música y su inigualable presencia en el escenario.
Nacido el 29 de agosto de 1958 en Gary, Indiana, Jackson mostró su pasión por la música desde temprana edad. Con tan solo seis años, ya destacaba como el vocalista principal de The Jackson 5, el grupo formado por él y sus hermanos. Su increíble voz y su carisma en el escenario llamaron la atención de la industria musical, catapultando al grupo hacia la fama internacional.
Sin embargo, fue su carrera en solitario la que lo llevó a convertirse en un fenómeno mundial. Con álbumes legendarios como “Thriller”, el más vendido de todos los tiempos, Jackson redefinió los límites del pop y del entretenimiento. Canciones como “Billie Jean”, “Beat It” y “Smooth Criminal” no solo dominaron las listas de éxitos, sino que también establecieron nuevos estándares para la industria musical.
Además de su impacto en la música, Jackson fue pionero en el mundo del videoclip, elevando el medio a una forma de arte con producciones innovadoras y coreografías revolucionarias. Su icónico paso de baile, el moonwalk, sigue siendo imitado y admirado en todo el mundo.
A lo largo de su carrera, Jackson recibió innumerables premios y reconocimientos, incluyendo múltiples premios Grammy y un lugar en el Salón de la Fama del Rock and Roll. Su influencia trascendió fronteras y generaciones, inspirando a artistas de todo el mundo y dejando una marca indeleble en la cultura popular.
Aunque su vida estuvo marcada por la controversia, su impacto en la música es innegable. Michael Jackson será recordado no solo como un artista extraordinario, sino como un verdadero icono cuyo legado perdurará por generaciones.