Por Dayana Mendizabal
El Gato Sphynx, originario de Canadá, destaca por su aparente falta de pelaje y su esbelto aspecto. A pesar de la percepción común de ser gatos sin pelos, es esencial destacar que realmente poseen una fina capa de vello corto y suave, casi imperceptible a simple vista o al tacto.
Esta raza, reconocida como la primera sin pelo por asociaciones felinas, comparte con el Peterbald y el Don Sphynx la exclusividad de ser una de las tres razas peladas. La modificación genética responsable de la ausencia de pelaje es recesiva y tiene dominancia incompleta, similar al Devon Rex.
Aunque los Sphynx son conocidos por causar reacciones alérgicas debido a la sustancia presente en su saliva y secreciones cutáneas, y no en el pelo, su presencia es valiosa en la lucha contra plagas, siendo controladores biológicos eficientes.
La historia de los gatos sin pelo se remonta a diversas menciones en el pasado, pero la verdadera aparición de la raza Sphynx tuvo lugar en Canadá en los años 60, gracias a una mutación genética y al esfuerzo de criadores dedicados que trabajaron para fijar y mantener estas características únicas.
Inicialmente, conocidos como “moonstone cats” y “Canadian Hairless Cats,” finalmente adoptaron el nombre de Sphynx. A pesar de las dudas iniciales sobre su existencia debido a problemas de salud, los criadores canadienses persistieron y establecieron al Sphynx como una raza única y elegante.
Esta fascinante raza, aunque experimentó un comienzo cuestionado, ahora es apreciada por su singular belleza y personalidad encantadora, destacando como un ejemplo de la evolución cuidadosa y la dedicación de los criadores para crear y mantener una raza única en el mundo felino.