Aunque su carrera abarcó diversas facetas, es indudable que su década junto al genial y polémico Serge Gainsbourg fue la más agitada y memorable. Reconocido como uno de los mejores compositores del siglo XX, Gainsbourg colaboró con Birkin en obras musicales que perduran en el tiempo.
Su encuentro ocurrió durante el rodaje de la película “Slogan” en 1968. Jane ya había dejado atrás una vida en el vibrante Londres de los años 60, mientras que Gainsbourg acababa de romper con Brigitte Bardot. Juntos, grabaron una versión del tórrido tema “Je t’aime moi non plus”, que enfrentó la censura y se convirtió en un éxito controvertido. Su relación con Gainsbourg fue fundamental en su carrera, y ambos se convirtieron en seres inseparables, compartiendo éxitos como “Histoire de Melody Nelson”.
Nacida en Londres en 1946, Jane B. siguió los pasos de su madre, Judy Campbell, en el mundo del teatro. Su participación en el musical “Passion Flower Hotel” y su destacado papel en la icónica película “Blow-Up” la consolidaron como un icono del Swinging London. Sin embargo, su traslado a París para perseguir oportunidades profesionales marcó un punto de inflexión en su vida.
Además de su carrera cinematográfica, Jane B. también incursionó en la música. Grabó canciones para películas y lanzó álbumes en colaboración con Gainsbourg. Su disco narrativo “Histoire de Melody Nelson” es considerado uno de los mejores de la historia y ha sido ampliamente sampleado. A lo largo de los años, Birkin continuó su carrera en el cine, trabajando con destacados directores y protagonizando películas tanto en Francia como en el extranjero.
Jane B. nunca dejó de lado su pasión por la música y lanzó varios discos en el nuevo milenio, recibiendo reconocimiento por sus colaboraciones con artistas como Beth Gibbons, Neil Gannon y Rufus Wainwright. Su último disco, “Oh Pardon tu dormais”, se remonta a tres años atrás, y hasta el año pasado seguía realizando giras y compartiendo su vitalidad en el escenario.
El legado de Jane Birkin trasciende su música y actuación. Su vida estuvo marcada por altibajos, pero siempre mantuvo su pasión y talento artístico. Su hija, Charlotte Gainsbourg, incluso dedicó un documental a su madre, explorando su relación y su influencia en la familia.
Con su partida, el mundo pierde a una figura icónica que dejó una huella imborrable en la cultura y la música de los años 60 y más allá.