Ciudad de México, 24 de octubre de 2024. El Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2024, celebrado en la UNAM y la UANL, ha emergido como un epicentro de discusión sobre la urgente necesidad de una reforma judicial en México. A lo largo de sus sesiones, destacados académicos y expertos en derecho han abordado los retos contemporáneos del sistema judicial, trazando caminos hacia un futuro más justo, inclusivo y democrático.
En este segundo día de jornadas, dos conferencias sobresalieron por su profundidad y relevancia en el contexto actual. La primera de ellas, impartida por el maestro Mario Emilio Gutiérrez Caballero, exploró la relación entre “Derecho de la Competencia Económica y los Derechos Humanos”, poniendo en el centro del debate la importancia de un marco legal que promueva tanto la equidad en el acceso a los mercados como la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos. En un país donde la desigualdad económica sigue siendo uno de los mayores obstáculos para el desarrollo, la conferencia de Gutiérrez Caballero subrayó la necesidad de una regulación justa que no solo fomente la competencia, sino que también respete los derechos sociales y económicos. Este enfoque no solo asegura el bienestar de los consumidores, sino que establece un equilibrio que protege a las pequeñas empresas frente a los monopolios.
Por otro lado, el doctor Mario Alberto Garza Castillo presentó su análisis sobre el “Voto de Ruptura: Elecciones Federales 2018-2024”, una conferencia que resonó entre los asistentes al abordar cómo las elecciones recientes reflejan una transformación profunda en la relación entre los ciudadanos y el sistema político. Garza Castillo desglosó las tendencias sociales y políticas que han influido en las elecciones federales, resaltando el creciente descontento ciudadano frente a la corrupción, la falta de transparencia y la impunidad. Este “voto de ruptura”, como lo denominó, es una manifestación clara de la demanda de los mexicanos por una justicia más equitativa y accesible, lo que a su vez plantea la necesidad de una reforma judicial que responda a estas exigencias.
Ambas conferencias se conectan con un tema que ha sido recurrente en las discusiones del congreso: la creación de un Tribunal Constitucional en México. La propuesta, defendida con entusiasmo por el doctor José Roberto Salinas Padilla, ha ganado terreno como una de las soluciones más viables para mejorar el control de constitucionalidad de las leyes en el país. Salinas Padilla argumenta que la implementación de este tribunal fortalecería el equilibrio de poderes, al mismo tiempo que garantizaría una justicia más eficiente. La idea de un Tribunal Constitucional no solo busca alinear a México con otras democracias avanzadas, sino que también promete ser un mecanismo que permita resolver las tensiones entre los derechos individuales y las políticas públicas, en un contexto de creciente pluralismo.
Es innegable que la justicia en México enfrenta una encrucijada. Los problemas de corrupción y la percepción de impunidad han minado la confianza ciudadana en las instituciones judiciales. Sin embargo, las propuestas surgidas en el Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2024 ofrecen un atisbo de esperanza. Desde la perspectiva económica de Gutiérrez Caballero hasta el análisis electoral de Garza Castillo, queda claro que la reforma judicial no es solo una necesidad, sino una oportunidad para redefinir las bases de la justicia en México.
El futuro de la justicia en el país pasa, sin duda, por la capacidad de las instituciones para adaptarse a los cambios sociales y políticos. El “voto de ruptura” no es solo un signo de descontento, sino una señal de que los ciudadanos están listos para exigir una mayor transparencia y justicia. Por su parte, la intersección entre derechos económicos y derechos humanos, como lo señaló Gutiérrez Caballero, resalta la urgencia de diseñar un marco normativo que garantice tanto la competitividad como la equidad.
Mientras el congreso sigue su curso, queda claro que los desafíos son enormes, pero también lo son las oportunidades. La creación de un Tribunal Constitucional podría ser el primer paso hacia un sistema judicial más robusto y preparado para enfrentar los retos del siglo XXI. Las discusiones de estos días no solo iluminan los problemas actuales, sino que trazan un camino hacia un México más justo, equitativo y democrático.
El Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2024 es más que un foro académico; es una plataforma desde la cual se están formulando las bases para una reforma judicial integral. Las voces que aquí se han alzado señalan un horizonte de esperanza, donde la justicia no sea un privilegio, sino un derecho accesible para todos los mexicanos.