París, Francia — La final de suelo de gimnasia femenina en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha dado lugar a una controversia inesperada que aún persiste, a pesar de que los juegos ya han concluido. La medalla de bronce, inicialmente otorgada a Jordan Chiles de Estados Unidos, ha sido objeto de una disputa legal que ha captado la atención mundial.
Durante la competencia, Chiles subió al podio junto a Simone Biles (plata) y Rebeca Andrade (oro), mientras que Ana Barbosu de Rumanía recibió la medalla de bronce. Sin embargo, una semana después del evento, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) revocó la medalla de Chiles y la otorgó a Barbosu, alegando que la solicitud de revisión del resultado, presentada por EE.UU., había llegado fuera del plazo establecido.
USA Gymnastics impugnó esta decisión, presentando nuevas pruebas en video que, según alegan, demuestran que su solicitud de revisión se realizó dentro del tiempo límite. El 10 de agosto, el TAS decidió restablecer el resultado inicial, lo que generó gran conmoción y llevó al COI a ordenar que Chiles devolviera su medalla para que Barbosu pudiera recibirla.
La reacción de las atletas ha sido intensa. Jordan Chiles expresó su dolor en Instagram y anunció un descanso de las redes sociales para proteger su salud mental. Simone Biles y Sunisa Lee ofrecieron su apoyo a Chiles, mientras que Nadia Comăneci, leyenda de la gimnasia rumana, criticó la situación y abogó por un trato justo para los atletas.
Barbosu, al regresar a Rumanía, subrayó que su problema no es con Chiles ni con Estados Unidos, sino con el sistema de puntuación y las decisiones de los jueces. “Solo queremos que todo el mundo sea justo y que nos recompensen en función de nuestro rendimiento,” declaró Barbosu.
La controversia destaca la necesidad de una revisión rigurosa del sistema de puntuación en gimnasia y plantea preguntas sobre cómo se manejan las disputas en el deporte olímpico.